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viernes, 24 de agosto de 2012

tiempos de exilio llama Manfredo Kempff a los que corren y con afilada labia lacera al evismo que hace escarnio del Derecho de Asilo, cree que violándolo está inventando la pólvora. en realidad no tiene argumento. debería "obrar bien" recomienda porque no sábe cuándo necesitará del asilo

El gobierno del MAS está metido en un enredo sin sentido por el asilo que el Brasil ha concedido al senador Roger Pinto. Y como la manía del los actuales gobernantes es judicializar la política, para que sus adversarios no sean políticos sino ladrones o criminales, lógicamente que cualquier asilo está – para los masistas – mal otorgado. Como la Cancillería no sabe cómo manejarse, arma encrucijadas diplomáticas, donde, si el propio gobierno no puede explicarse lo que sucede, menos lo sabrá el pueblo que mira y oye perplejo una sarta de sandeces. 
“En Bolivia ya no se utiliza salvoconducto, basta con el carnet de identidad”, dijo un altísimo funcionario diplomático cuando se le preguntó por el salvoconducto que el Ministerio de Relaciones Exteriores debería entregar al senador Pinto para que abandone el territorio nacional. Como si el senador necesitara salvoconducto para ir a cobrar un cheque al banco. Exiliados han existido durante toda la historia de Bolivia, por si acaso. Basta con leer al esclarecido historiador don Alfonso Crespo en “Los exiliados bolivianos –Siglo XIX”, para darse cuenta que, desde el Mariscal Santa Cruz, pasando por don José Ballivián, el Dr. José María Linares, y don Tomás Frías – para citar a sólo cuatro mandatarios que sentaron bases importantes en la República – debieron sobrellevar años de ostracismo a veces muy lejos de Bolivia y otras merodeando por sus fronteras. 
Aunque por entonces no existiera una legislación internacional sobre asilo. El propio autor del libro, don Alberto Crespo, pasó veinte años fuera de la patria por culpa del encono político. Antes a los adversarios se los perseguía de frente, como a enemigos políticos, y no como ahora, que se quiere destacar el amplio espíritu democrático de un gobierno anti-democrático, y el respeto a los derechos humanos, de los sujetos más inhumanos en esta última etapa constitucional. El cinismo y el miedo, la falta de convicción en sus actos, hacen que todas las acusaciones contra los rivales se establezcan a través de la justicia ordinaria – sin violencia física ciertamente – pero enlodando nombres con presuntas malversaciones y, lo peor, con acusaciones de terrorismo, separatismo, narcotráfico y sindicaciones fraguadas para que el ministerio público y no el Poder Ejecutivo tenga que reprimir. 
Es una cobardía absoluta. Alguna vez ya lo he dicho a través de la prensa que, a mi padre, en aquellos años grises de 1952, lo apresaron primero en el Panóptico de San Pedro y luego él se asiló en la residencia de la embajada de Brasil. Pues bien, en poco tiempo se le otorgó su salvoconducto, y un avión militar del Correo Aéreo Nacional (CAN) lo trasladó hasta Río de Janeiro. Miles de bolivianos salieron así hacia las diversas fronteras de Bolivia y su asilo era calificado por el país receptor, como debe ser, y no había aquello de que se alegara que ese asilado era ladrón, pichicatero o asesino, como existe hoy. 
El salvoconducto lo otorgaba la Cancillería y no tenía que esperar lo que dijeran algunos fiscales o tribunos de dudosos conocimientos, elegidos insólitamente por voto popular, que ahora se han convertido en motivo de pullas. S.E. no sabe, porque a veces no le cuentan, que además de lo que sucedió a lo largo del siglo XIX, durante la centuria pasada también fueron exiliados Montes, Saavedra, Hernando Siles, Víctor Paz, Siles Suazo, Banzer, Guevara, Paz Zamora, por nombrar a algunos. Unos se sujetaron al asilo diplomático y otros huyeron a trancas y barrancas.
 El único que se había salvado, porque entró tarde a la política seguramente, fue Gonzalo Sánchez de Lozada, ahora con 9 años de ostracismo a cuestas. Así que, ¿dónde está el misterio del asilo? ¿Vamos a agriar nuestras relaciones con Brasil como sucedió con Estado Unidos, Perú o Paraguay por querer que entreguen encadenados a quienes están asilados huyendo de condenas judiciales prefabricadas? El gobierno va a seguir perdiendo la partida en todos los frentes si se trata de pretender que haya alguna nación que revoque el asilo que ha concedido. Una derrota diplomática más en este rosario de fracasos que ya da diez vueltas al cuello del Canciller. 
Eso de que el gobierno perseguidor quiera calificar si a una persona le corresponde o no el asilo, es desconocer las convenciones pactadas sobre la materia – o aceptado por el derecho consuetudinario – donde ha quedado establecido, indiscutiblemente, que es el Estado receptor o protector (en el caso que nos ocupa, Brasil) quien califica a la persona, observando si se trata de un acosado político o de un delincuente común. Una vez que ese Estado protector adopta la decisión de otorgar el beneficio, nunca va a echar pie atrás, porque no se puede jugar con la seguridad y la confianza de las personas que acuden bajo su bandera en busca de amparo.
 Esperar que Brasil, por un favor de la presidenta Rousseff, retroceda, es una ingenuidad sin nombre. Sobre todo, en América Latina, la institución del asilo es inviolable, y ninguna nación jugaría con eso. Y otra cosa: más les vale a los actuales gobernantes obrar bien, prudentemente, sin presiones, porque nadie sabe cuándo necesitarán del asilo..
Fuente: eju.tv - Tiempos de exilio
http://eju.tv/?p=228576

lunes, 20 de agosto de 2012

Ovidio Roca nos muestra cómo el MAS destruye Bolivia obra de chapuceros aprendices de brujo. dejar de ser Estado fallido y reconstruir uno que comparta legalidad y democracia y merezca el respeto del entorno


E l Proyecto de Nación Boliviana, pactado en 1825 entre las Provincias Autónomas del Alto Perú, se cae a pedazos. Fue destruido con complicidad y desidia nuestra, el apoyo militante de sindicatos cocaleros y perpetrada su devastación final por unos chapuceros aprendices de brujo, que ofrecieron construir el Socialismo Andino del “vivir bien” y buscando dólares y apoyo político, se enredaron con el Chavista Socialismo del Siglo XXI y luego con cada sátrapa totalitario que les ofrece sustento. Una mala lectura de veinte mil libros y de las arrugas de sin cuenta de venerables ancianos.
Henchidos de soberbia, con peinado oficial de raya al medio  o con jopo al viento, los nuevos líderes proclamaron demagógicamente la supremacía indígena y el vivir bien, pero a costa de la hoja sagrada. Un chenko con el que han logrado exitosamente, incentivar la economía informal, extractivista y mercantilista; extender la siembra ilegal de coca y destruir la economía productiva y la empresa privada nacional.
Quebrantaron igualmente, los cimientos mestizos de la abigarrada sociedad boliviana. Son desastres que se generan por ese afán desmedido de poder y gloria de algunos extraños personajes. “Metiéndole nomás”, y a golpe de cercos, bloqueos y mañosas leyes, liquidaron la institucionalidad dificultosamente lograda y los lazos de solidaridad entre los miembros de una frágil nación boliviana, logrando aterrizar exitosamente en la anomia total.
A contrapelo del esquema centralista y totalitario diseñado por nuestros aprendices de brujo, la realidad social parió  un engendro “anarco corporativista” de grupos dispersos de sindicatos, gremios, colectividades, etnias (en lenguaje vernáculo: cocaleros, chuteros, contrabandistas, jacus, narcotraficantes, seudo-cooperativistas mineros, ayllus, comunarios, movimientos sociales, etc.) , que buscan sobrevivir y enriquecerse a cualquier costa y cuya única ley es la defensa de sus propios intereses de grupo; los que se imponen al Gobierno y la ciudadanía, a fuerza de marchas, bloqueo, dinamita, palo, piedra; sin la mínima proyección de Estado Nacional, y que el Gobierno ni con su policía, su ejército, sus jueces y fiscales, puede ya controlar.
El régimen ha tenido éxito hasta ahora, porque cogió la ola de altos precios de materias primas y mientras estos se mantengan podrá navegar más o menos tranquilo y seguir con el presterío y la farra populista, aderezada con dólares del narcotráfico.
Pero si queremos perdurar y avanzar como sociedad y no debatirnos en la crisis económica, violencia  y anarquía que caracteriza a los Estado fallidos, nuestro desafío es reconstruir el país, un mejor Estado nacional que comparta los principios de legalidad y democracia y merezca respeto propio e internacional. Un país para todos los bolivianos, que sea más próspero, más incluyente, más solidario y responda adecuadamente a la pluralidad de intereses de sus habitantes.
Dada la disparidad de criterios y visiones, fruto del desbarajuste masista, tendríamos que transitar por los diversos caminos que nos señalan las esperanzas y expectativas prevalecientes en el país. Para unos: Departamentos constituidos en Estados Federales que apuestan a la cultura democrática y economía de mercado y para otros; Departamentos con régimen corporativista y comunitario. En fin, un país Federal con sistemas estaduales diversos.
Asistidos por Jano, dios romano de las puertas, de los comienzos y los finales, algún ciudadano de ese Imperio (derrotado por los indígenas americanos según nos enseña Evo) podía ver al mismo tiempo el pasado y el porvenir. Ahora con Google (otros con la coca), vemos on line el pasado y el presente; y razonando que al usar la misma receta, se cocina similar locro, un “nupcial” ají  de fideos o un potente y más apropiado ají de papalisa, fácilmente podemos atisbar el porvenir. Por tanto nos es fácil verificar  el sabor y las consecuencias de la receta comunista. Solo  se requiere estudiar y visitar los  países donde se la cocinó. Y para evitar el sesgo cultural, es mejor ver el resultado de su aplicación en un mismo país, una misma cultura, historia y geografía.
Podremos comprobar entonces, que la Alemania Federal democrática y de libre mercado es exitosa, mientras que la Alemania comunista se convirtió en un estado totalitario; su población se empobreció aceleradamente y que además, su modelo de gestión destruyó totalmente su medio ambiente, para finalmente colapsar.
Lo podemos ver también actualmente en las Coreas; la comunista medioeval, pobre y esclavizada y la Corea del Sur un ejemplo de sociedad libre, desarrollada económica, tecnológica y culturalmente. También en Cuba, que en los años 50 del Siglo anterior era uno de los países más desarrollados de América latina y ahora se debate en la pobreza y la opresión totalitaria.
Pocas personas y pueblos aprenden de la experiencia ajena, pues por alguna extraña razón, la ilusión es más fuerte  que la realidad y siempre surge la esperanza de que algún caudillo, un iluminado (pronto convertido en déspota), solucionará todos los problemas, aun los personales. “Caminante no hay camino, se hace camino al andar”, escribe el poeta español Antonio Machado.
Empecemos a caminar: aquellas personas y comunidades que siguen la tradición del comunitarismo y del ayllu, pueden en un Estado federal legislar y desarrollar libremente su visión de sociedad y avanzar aprendiendo de sus errores y aciertos.
Y lo mismo, para aquellos que prefieran la democracia y la libre empresa, ciudadanos que no quieren vivir bajo el totalitarismo, la violencia de grupos informales, de guerras de narcotraficantes. Pero como nada es gratis, hay que trabajar y se tiene la tarea, desde el hogar y desde las instituciones locales de armar un nuevo Estado Federal acorde a sus visiones e intereses comunes. “Caminante, son tus huellas el camino y nada más”.

sábado, 18 de agosto de 2012

quizá tenga razón Manfredo Kemppf no deberíamos ya preocuparnos de lo que SE dice o hace, está ya en el libro de "las evadas" que son sin fin...lo único lamentable es que sus intrigas, las formula al oído de personalidade como los del BM que llegan a dar informes.


La verdad es que ya no deberíamos referirnos a la chacota que hace habitualmente S.E. sobre el país, porque con sólo hojear el libro sobre las “Evadas” es más que suficiente banquete de disparates. ¿Para qué entrar en áridas reflexiones sobre lo que S.E. debería decir o callar si siempre dirá zonceras? Es como para sentirnos heridos, si no fuera que con sus improvisaciones S.E. no hace otra cosa que hacer reír a algunos -los más tontos- pero creando mayor división en las ya muy deterioras relaciones que existen entre el occidente y oriente boliviano. Todo por hablar con necedad y burla contra los cambas en general y en especial contra Santa Cruz, su ansiado trofeo que no logra acaparar.
El gobierno ha afirmado que los orientales somos separatistas, terroristas, corruptos y hasta el narcotráfico se lo achacan a Santa Cruz. Y no sólo lo dice, sino que basta con preguntar quiénes están en las cárceles andinas y comenzando por Leopoldo Fernández se puede ver una larga lista de orientales que sobrellevan años de prisión abusiva sin juicio ni sentencia y que se quedarán ahí para purgar delitos políticos inexistentes en una auténtica manifestación de venganza del MAS. Revancha canalla por no haber sido sumisos al poder central o porque eran fichas necesarias para la gran intriga que se armó en torno a los asesinatos del Hotel Las Américas.
Sobre todo lo anterior S.E. dice ahora que los cambas hambreamos por flojos. Afirma que en occidente no se hambrea sino cuando la naturaleza -el Inti y la Pachamama seguramente- se enojan. Yo no sé que en Santa Cruz haya gente que se muera de hambre, ni creo que tampoco en los valles y el Altiplano. Hambre hay en toda Bolivia pero no creemos que sea mayor en la llanura donde hasta los frutos están al alcance de la mano del hombre. Eso de que unos bolivianos sean más flojos que otros es nomás una insidia de los imbéciles asesores de S.E. que le cuentan cuentos y él los repite como ciertos.
Pero está muy mal que S.E. diga “evadas” delante de jefes de Estado o como en el caso que comentamos, en presencia del Vicepresidente del Banco Mundial (BM) que viene a Bolivia justamente a hablar de seguridad alimentaria. Esas cosas que los zalameros le gritan al oído en el helicóptero en medio de un ruido ensordecedor o que se lo dicen en las movilidades que corren veloces hacia las concentraciones de cocaleros, están bien para el Chapare o para que escuchen y aplaudan a rabiar sus fanáticos de los movimientos sociales y de las “bartolinas”. Eso no se debe repetir jamás en foros como las Naciones Unidas, la OEA u otros organismos internacionales o regionales. En el ALBA sí puede explayarse utilizando todo lo que le cuentan porque sus colegas presidentes tampoco están enterados de nada y algunos ni entienden el idioma.
Pero decir delante del Vicepresidente del BM que hay unos bolivianos flojos que viven en los llanos y que hacen parrilladas con sus vacas no permitiendo que nazcan terneritos, está muy mal. Además que eso es una gruesa mentira. Los grandes hatos ganaderos están en Beni y Santa Cruz, con muchos millones de cabezas y con una tecnología genética que no tiene que envidiar a nuestros vecinos. Si en algo se han esmerado en el oriente ha sido en la crianza de un ganado sano y por lo tanto rentable.
Cómo va a decir S.E. delante del Vicepresidente del BM que los orientales vendemos los techos de nuestras casas, sus puertas, sus ventanas, y nos quedamos en la cochina calle de purito flojos. No pues Excelencia, así no. A ese paso vamos a terminar muy mal en este país. ¿Acaso Santa Cruz no es la tierra de las oportunidades? ¿El Beni y Pando no están desarrollándose con esfuerzo? ¿Cómo va a decir delante de extranjeros importantes que somos perezosos, al extremo que echamos a la parrilla o hacemos pacumutu con nuestras vaquillas en edad de ser preñadas, y que desmantelamos nuestras casas hasta dejarlas sin techo sólo por ociosos?
Todo esto es una chacota que nos molesta por la irresponsabilidad y ligereza con que S.E. habla. Porque el Vicepresidente del BM sabe muy bien quiénes son los orientales, cómo es la agroindustria cruceña y su aporte para que Bolivia coma y exporte. Sabe que el gobierno pone trabas a la producción de alimentos en vez de incentivarla, que nos extorsiona con “cupos”. Sabe que el 90 por ciento de la carne vacuna se produce en los llanos y las pampas y no son para churrascos.
Para colmo S.E. se va a visitar a la Virgen de Urkupiña, a rogarle que le dé “paciencia para aguantar las ofensas de sus opositores”. Y sin embargo S.E. no hace sino ofender con sus chanzas malintencionadas a quienes ve como sus enemigos políticos. Eso de “hermanos y hermanas” que repite todos los días, no está destinado a nosotros, porque a los hermanos se los trata de otra manera, salvo que ambos términos -“hermanos y hermanas”- sean algo simbólico, sin ningún sentido, una mentira más.
¿Por qué odia tanto a los cruceños S.E.? ¿Por qué tanta saña contra el oriente? Una cosa habría que pedirle: que cuando se dirija a los cambas no nos trate de hermanos y hermanas. Eso que vaya para sus hermanos masistas. Con que nos diga señoras y señores estaremos felices.

martes, 7 de agosto de 2012

no tendrán visado funcionarios del Gobierno ni miembros judiciales por el caso del estadounidense Jacob Ostreicher detenido en Palmasola


Por FRANCISCO ROQUE BACARREZA,  Corresponsal de ANF
Washington, 7 Ago. (ANF) - Bolivia empezó a ser sujeto de una inusual presión por parte de Estados Unidos, con la amenaza de Washington de negar visado a altos funcionarios del gobierno boliviano para viajar al país del norte, como consecuencia del demorado caso judicial de Jacob Ostreicher.
Una propuesta de resolución fue introducida la semana pasada por el congresista republicano y presidente de la Subcomisión de Relaciones Exteriores para Derechos Humanos de la Cámara de Representantes, Chris Smith, durante una audiencia en la que casi exclusivamente se vio el caso del estadounidense detenido en Santa Cruz desde hace más de un año y con un proceso postergado en 22 ocasiones.
En caso de persistir el retraso u ocurrir algo a la vida de Ostreicher en la prisión de Palmasola, la propuesta de Smith pretende negar visado a todos los altos funcionarios del gobierno de Evo Morales y del poder judicial que estén relacionados con el caso e impedirles viajar a Estados Unidos.
“Estamos sorprendidos” por la intención de alta presión, declaró en Washington a la Agencia de Noticias Fides (ANF) un funcionario de la embajada boliviana que no ocultó “la preocupación” por el giro que ha tomado por el caso, aunque aclaró que la embajada de Estados Unidos y las autoridades en La Paz continúan en contacto sobre el caso.
Una vez presentada la propuesta ante el subcomité, el proyecto continuará en la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes, dominada por los republicanos, para posteriormente pasar al plenario para su voto que, en este caso se prevé no tendría ningún obstáculo en su trámite, lo mismo que en el Senado. Una vez aprobada la resolución por ambas cámaras el gobierno tiene la obligación de ejecutar.
La iniciativa de Smith tiene el respaldo del senador demócrata Charles Schumer y ya logró eco en algunos medios de influencia, como The Wall Street Journal, que ya se interesaron por el problema del estadounidense al que la fiscalía boliviana le atribuye lavado de dinero del narcotráfico pero sin presentar pruebas contundentes.
El plan de Smith tiene una tendencia genérica a favor de los estadounidenses sometidos a juicios en el extranjero y cuyos procesos se mantienen demorados, pero en la audiencia del pasado 2 de agosto el subcomité puso énfasis en el caso boliviano.
La presión legislativa no sólo está orientada hacia el gobierno de La Paz sino también al Departamento de Estado, a cuyos altos funcionarios se les critica por una supuesta inacción en el caso de Ostreicher y su falta de comparecencia en la audiencia de la semana pasada.
En la audiencia del subcomité se dijo que el gobierno de Bolivia estaría buscando un canje del estadounidense por el general René Sanabria que cumple una sentencia de 14 años en una prisión en Miami por narcotráfico.
Smith declaró en la audiencia que durante una visita a Bolivia se entrevistó con el vicecanciller Carlos Alurralde y los ministros de Gobierno, Carlos Romero, y de Justicia, Cecilia Ayllón, que se comprometieron a dar seguimiento al caso, pero “no lo hicieron”.
Tanto Smith como Schumer acusan al gobierno de La Paz de “interferir en el caso” por el retraso en proceso judicial después del arresto de Ostreicher el tres de junio de 1911.
“Si Ostreicher muere en prisión de Palmasola, el gobierno de Bolivia y el Departamento de Estado tendrán manchadas de sangre sus manos”, declaró Steve Moore, agente del FBI  que visitó al preso en Palmasola y testimonió en la audiencia.
Smith afirmó que “jueces corruptos” contribuyen al retraso e informó en la audiencia que visitó al preso en junio pasado y lo encontró “frágil y débil” por lo que instó a actuar no simplemente “monitorear el caso”.
En la audiencia se informó que Ostreicher cumplió una huelga de hambre en busca de celeridad para su caso sin lograr su objetivo, su salud está quebrantada y los responsables del penal le niegan asistencia médica a pesar de las reiteradas solicitudes.

lunes, 6 de agosto de 2012

Francesco Zaratti se hace mucha preguntas sobre "los interinatos" con que SEEM nombra a las altas autoridades del Estado. la respuesta que como nos encaminamos a la dictadura abierta, los funcionarios pueden ser cambiados con una llamada telefónica.


¿Alguien puede entender  por qué el actual Gobierno, que cuenta con una amplia mayoría en la Asamblea Legislativa, sigue manteniendo autoridades interinas a la cabeza de las principales instituciones del Estado, después de 6 años de gestión?

En efecto, siguen como interinos el Contralor General, el Fiscal General,  los Presidentes del Banco Central, YPFB, ABC, Impuestos, Aduana y COMIBOL y, para colmo, el mismo Comandante General de la Policía, sólo para enumerar algunos cargos que deberían ser designados de acuerdo a lo establecido por la Constitución y los respectivos Estatutos.

¿Cuál es el motivo de esta anomalía administrativa y cuáles sus consecuencias? Descartado el riesgo de recibir de parte del órgano legislativo ternas no gratas al Presidente,  quedan sólo dos explicaciones. Algunas veces - es  el caso del comandante de la Policía – el candidato preferido por el Gobierno no cumple los requisitos reglamentarios de la institución; consecuentemente se salva ese escollo con un nombramiento interino. En mi opinión este razonamiento es falaz. El incumplimiento de requisitos no debería justificar un interinato - ese criterio nos llevaría al absurdo de que un estudiante podría ser designado al cargo de comandante de la Policía -, sino la urgencia – por ejemplo, ante una renuncia intempestiva – cuando no hay el tiempo ni las condiciones para un nombramiento siguiendo el procedimiento regular. En todo caso, el interinato debería responder a una situación de excepción, que requiere ser subsanada en un tiempo breve.

Es cierto que el actual Gobierno ha abusado de esta interpretación antojadiza, especialmente en YPFB y demás empresas del Estado, pero no considero que esa sea  la razón  principal.
Una explicación más atinada apunta a la peculiar manera de concebir el poder por parte del Presidente del Estado Plurinacional. Es una visión autoritaria y sindicalista, centrada en su persona, su humor y en un alto contenido de desprecio por las normas institucionales. De ese modo se nombran interinos para asegurarse que esa autoridad pueda ser removida con una simple orden telefónica, en cualquier momento y por cualquier pretexto; mientras que una designación regular sólo debería ser revocada mediante un proceso administrativo.

Digo “debería”, porque este Gobierno no ha tenido reparos en obligar a renunciar inclusive a una autoridad elegida, mediante el apoyo de complacientes e inefables para-fiscales (véase los casos del anterior Contralor y de gobernadores y alcaldes opositores). Sin embargo, esa práctica tiene un costo político que justamente se pretende evitar con el nombramiento interino.

En cuanto a las consecuencias, me ratifico en el criterio de que el nombramiento de un interino, debido a que se trata de una práctica que vulnera o altera normas establecidas, debería implicar la corresponsabilidad, en la gestión del interino, de la autoridad que ha realizado tal designación.  Tal vez esa corresponsabilidad sería una mejor garantía de que ese servidor público cumplirá sus funciones sin cometer fechorías.

Es obvio que el simple procedimiento de nombramiento no asegura la idoneidad ética de una autoridad; no obstante, hay sobradas razones para suponer que alguien que ocupa un cargo público por méritos, y no gracias a un dedo, cuidará más su gestión, considerando que su carrera no termina ahí.

En fin, para estos casos, no vendría mal  una Ley de Interinatos que recoja estas y otras sugerencias. La gestión del Estado la agradecerá.