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domingo, 26 de junio de 2011

desnudándose Evo va mostrando toda su miseria humana. revelador artículo de Manfredo Kempff Mercado que da la vuelta al mundo

Durante los primeros años de gobierno de S.E. nada se podía decir en su contra porque cualquier denuncia caía en saco roto, ante la tremenda popularidad del “primer presidente indio de América” y la maquinaria publicitaria montada en su favor en varios países sudamericanos y europeos. ¡Hasta en Estados Unidos llegaron a tragarse el anzuelo de que S.E. era un demócrata a carta cabal, víctima del odio racial, y reivindicador de una raza oprimida! ¡Un Mandela boliviano! ¡Un candidato al Premio Nobel de la Paz!

Pasó mucho tiempo, es cierto, pero los norteamericanos empezaron a verle la hilacha a las tropelías del MAS, y ni qué decir de algunos otros gobernantes del área, como Alan García, Uribe, y hasta el propio Lula, que tuvo que soportar cierto tipo de humillaciones del caudillo andino, que empezaba a sentirse fuerte y soberbio en el poder. Pero quien siempre mimó a S.E. y con sus mimos le hizo creer todo lo que quiso fue la hábil presidente de Chile, doña Michelle Bachelet. La señora le ofreció a S.E. el oro y el moro, lo embrujó con una enigmática solución marítima, llenó un estadio en Santiago con gente que clamaba mar para Bolivia y lo elevó a la estatura de un verdadero estadista latinoamericano, sabiendo ella, perfectamente, que S.E. estaba lejos de serlo.

Para muchos – no para quien escribe estas líneas – ha sido una sorpresa que, curiosamente, haya sido Chile el primero en poner en jaque al gobierno del MAS. Y la verdad es que el nuevo mandatario chileno no provocó a S.E. sino que tuvo que enfrentar el brusco giro diplomático de Bolivia en el tema marítimo, que, si no sorprendió a Sebastián Piñera, lo complicó. De la noche a la mañana, S.E., como despertando de un letargo, de dulces cantos de sirena, pasó del sometimiento onírico de una agenda tramposa, al otro extremo, a pretender un incierto alegato ante tribunales internacionales, bajo amenaza hasta de revisar o denunciar el Tratado de 1904.

Entonces Chile, aguijoneado, puso en marcha su trituradora diplomacia contra Bolivia. Eso se vio claramente en la última reunión de la OEA en San Salvador, donde nuestro Canciller quedó borrado del mapa junto a la pretensión de resucitar viejas resoluciones en pro de nuestro país. Antes, en una acción más detectivesca que diplomática, Chile desenmascaró, en combinación con la DEA norteamericana, al confeso narcotraficante general de policía René Sanabria, sin advertirle nada al gobierno nacional por razones más que obvias. Eso, al parecer, provocó cólera en S.E. Y últimamente, como cierre de escena, los carabineros chilenos capturaron a 14 soldados bolivianos que habían incursionado en territorio chileno, armados, extraviados, y utilizando vehículos robados. Al parecer el trato de los chilenos a nuestros soldaditos no fue precisamente cariñoso, lo que ha tirado al desván de la abuela, para siempre seguramente, la inservible agenda de los 13 puntos. Para colmo, la legalización de vehículos que han entrado a Bolivia de contrabando – o que han sido robados – provocaron nuevas protestas y hasta desazón en la nación transandina, que ha quedado perpleja. Aquél termino que acuñó algún periodista sobre “el Estado Forajido”, ronda por todos lados.

Además, en Chile, como en Paraguay, Brasil, Perú  y Argentina – aparte de los Estados Unidos por supuesto – se está corriendo el velo de la verdad en lo que concierne a otras tropelías que suceden dentro de la administración del MAS. El velo corrido está enseñando los abusos que, justamente, se producen desde hace mucho tiempo contra una avasallada Santa Cruz, blanco de todos los embates del etno-centrismo aimara. Publicaciones de prensa con críticas al mal llamado Estado Plurinacional han aparecido en diversos medios del exterior, como señal de que el Continente está abriendo los ojos a la realidad boliviana. El periodista Cristian Leyton Salas, de La Tercera de Santiago de Chile, que estuvo en Bolivia, anotó en un artículo del jueves pasado, sobre “una nueva institucionalidad 'plurinacional' que acosa, inhibe, y reprime a la minoría relativa no-indígena”. Dice la nota que está cayendo “una suerte de dictadura indigenista sobre el 'oriente boliviano' ”. Y agrega eso que nos preocupa tanto y que las naciones vecinas habían hecho la vista gorda hasta ahora: “La mayor parte de los líderes (cruceños) que se constituyeron en vanguardia de la oposición al régimen de Evo Morales están detenidos o en su defecto, autoexiliados a países limítrofes. Una estrategia de 'judicialización'  ha sido puesta en práctica por el régimen de manera sistemática”.

Concluye así: “Un tenso ambiente sacude el Departamento oriental cruceño. Se evidencia y respira un aire de miedo, rabia, tensión, y desesperación al ver como Evo no solo toma el control ideológico de los principales poderes bolivianos... sino que también busca asfixiar económicamente a este espacio oriental boliviano”. Se está corriendo el velo, sin duda, y la popularidad presidencial en el exterior, producto de fallas garrafales, cae como plomada.

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