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sábado, 21 de octubre de 2017

Manfredo Kempff dedicado a la lectura nos recuerda las novelas sobre los dictadores como Senor Presidente, E Recurso del Método,, el Otono del Patriarca, la Fiesta del Chvo lujoriosos, brillosos, con mujeres, ron, habanos y cafecitos...pero también de otros de Venezuela y Nicaragua...mientras S.E. digue elucubrando cómo perpetuarse en el poder, enredando la Carta Magna...sobroso texto que se lee de un tirón


Dictadores tropicales



lunes, 16 de octubre de 2017

El Deber entrevista a Carlos Sánchez Berazaín destacado movimientista que vive en el exilio. las preguntas tienen que ver con los hitos históricos del reciente pasado 30 anos atrás y con el presente. ágil, concreta, esclarecedora la comparezcencia.



Carlos Sánchez Berzaín: “Tengo contacto con muchos políticos bolivianos y de la región”



viernes, 25 de agosto de 2017


para desgranar el texto, hay al menos que conocer la historia elemental, de Melgarejo y de Bolivia y del TiPNIS y de Morales a quién alude Winston desde el título "asesinar el TIPNIS..." convertido en el corazón de Bolivia, no sólo en la geografía, en el espíritu de su riqueza natural y saber de los libros que hablan de nuestros despojos en el Acre, el Litoral, el Chaco de la pérdida de la goma elástrica, del guano, del salitre, del agua y del petróleno y hasta de Nancahuazú...valioso texto de Estremadoiro.


Asesinar el Tipnis es robar el corazón de Bolivia

Triste destino ser conocido en el futuro por robar el corazón de Bolivia, desmembrando de la nación el Tipnis, en favor de unos que más que proteger la hoja verde, tal vez lucran con su derivado blanco
Cavilé que si hay una dimensión agradable del atropello del Gobierno de Evo Morales y sus cocaleros al Territorio Indígena y Parque Nacional “Isiboro-Sécure” (Tipnis), es que parece haber despertado interés en la historia del que llaman oriente boliviano, siendo que también es norteño. Un amigo envió un intrigante artículo de Frank Jacobs en el New York Times: “How Bolivia Lost Its Hat” (3 de abril de 2017). Ramón Daza Rivero me envió “La República del Acre, el efímero país independiente en medio de la Amazonía fundado por un español en 1899” de Jorge Álvarez.
“Cómo Bolivia perdió su sombrero” alude al parecido con una cachucha que tenía el extenso territorio del norte amazónico si es encajado al actual mapa boliviano. Empezó en 1867, cuando Melgarejo cedió a Brasil 400.000 m2 de la heredad patria, dicen que con un generalato brasileño con medalla, penacho de plumas y un caballo de por medio para el dictador tarateño, que entonces era la forma de adulación interesada que tal vez tienen los doctorados honoris causa de hoy. Culminó en 1903 con la venta del territorio que hoy es el Estado brasileño de Acre, en “jeito” similar al mexicano Texas, primero república independiente y un ratito después anexado a EEUU.
En 1904 se había consolidado el despojo del Litoral a Chile, corolario del robo de 1879 en la llamada Guerra del Guano y el Salitre. También había empezado en los tiempos de Melgarejo, cuando adulado con otro generalato chileno y otro caballo, el albo Holofernes, dispuso la cesión de un grado geográfico a Chile y a medias trabajar en otro, abriendo la puerta al voraz vecino. Según la alegoría de Jacobs, la pata marítima desmembrada se completó perdiendo el sombrero amazónico con la Guerra de la Siringa. En 1932, con la imprevisión y soberbia sobre un conflicto avisado desde fines del siglo XIX, en la Guerra del Chaco se perdió la pata platense, no por equino sino por la “quinzasaraña” de la bravata de sacar a chicotazos a los “pilas” del Chaco.
Dijo alguno que la diplomacia es la guerra por otros medios. Bolivia ha perdido en cancha las guerras —de la goma elástica, del guano y el salitre, del agua y el petróleo que yace en lo profundo de los tuscales del Chaco. La victoriosa Campaña de Ñancahuazú se ha perdido en mesa castrista del mandamás de turno; su blablá internacional es motivo de mofa y sus embajadores son premio para los incapaces del régimen. El país tuvo y tiene asuntos pendientes con sus vecinos, y otra vez tropezará con su habitual imprevisión, la soberbia y el deleite de ser adulado de sus gobernantes, y la corrupción e ineptitud de sus políticos y militares.
Hoy, aparte del tira y afloja sobre el mar, con Chile hay pendiente un abuso ya consumado: el desvío del río Lauca; está la cuestión del agua de los manantiales de Silala. Pero si mañana dieran una faja del norte ariqueño para acceso boliviano al mar, seguiría la traba ya que un gran puerto sería de nunca acabar, como el Misicuni de 10 años, o el tren urbano de Cochabamba asignado a firma española insolvente. ¿Se ha invertido algo en el puerto de Ilo?
No corre apuro chileno por lagos multicolores del sur potosino, o agua de manantiales de Silala, que quizá ellos exigirían en “trueque de territorios”. Al cabo, ya los tienen y no los soltarán. Ni siquiera recortan uñas a contrabandistas y a matuteras de fruta del valle de Azapa. ¿Estará Perú de acuerdo, más si los 10 Km de acceso al mar dieran derechos de pesca en la Corriente de Humboldt? 
Con Brasil es delicado depender del canal Tamengo. Hay carretera al Tipnis, pero nada a Puerto Busch, quizá porque “nada” por anegadizo. Una “pachamamada” opuso hidroeléctricas en el río Madera, cuando con esclusas podría Bolivia tener acceso al Atlántico. ¿No es Brasil el mayor mercado de la energía eléctrica de nuestra sobreproducción? ¿No interesa que el estaño aluvional de Rondonia se procese en Vinto viniendo por río en camino al Asia?
Con Paraguay, besos, abrazos y “empates” guerreros dicen los ilusos. Pero así como perdimos el Chaco a generalotes de fusta y botas, y Bahía Negra a andinocéntricos diplomáticos, por lo menos desarrollen el hierro de Mutún en vez de alimentar acerías paraguayas con cascote boliviano. Afiancen escalas en la Hidrovía Paraguay-Paraná, en navegación a Uruguay y el Atlántico.  
Se requiere de algo que Bolivia no ha tenido en su historia llorona de otear al Litoral perdido: mirar a su Norte. Ello va mucho más allá de que Beni compita con Santa Cruz. Significa preservar una envidiable biodiversidad no antagónica con su ganadería ni con sus reservas naturales y gentes diversas. Significa domar el odioso ciclo de sequía y agua al coto con técnicas de lomeríos fértiles y vías de agua que dejó la gran civilización de Enín. Significa desarrollar ríos navegables, a partir de ese Rin beniano que es la Hidrovía Ichilo-Mamoré, sin que ello esté reñido con vías transversales a guisa de costillas que progresen a la gente. Todo esto sin extirpar el corazón de Bolivia que es el Tipnis.
La pena es que ahora le tocó el turno en el poder a uno que quizá con sardonia parodian en la “Inciclopedia” Wikia, que se compara con Melgarejo al decir “es casi igual de bueno que yo”. Tal vez pesa más ser mandamás de cocaleros del Chapare que Presidente de los bolivianos. Triste destino ser conocido en el futuro por robar el corazón de Bolivia, desmembrando de la nación el Tipnis, en favor de unos que más que proteger la hoja verde, tal vez lucran con su derivado blanco.

El autor es antropólogo
win1943@gmail.com

miércoles, 19 de julio de 2017

El Dia no menciona cuáles acciones tomará EEUU si Maduro instala su "constituyente" para declararse dictador. pudiera ser que le corta la compra de petróleo, lo que sería el caos ya que Venezuela sigue siendo un gran proveedor, o el control del comercio exterior y la moneda, a parte de la total prohibición del tránsito de maduristas de y hacia los EEUU., finalmente no descartan los observadores una operació comando para inmovilizar al chavista que sigue matando a su propia gente.


Ultimátum a Venezuela


Estados Unidos acaba de lanzar una advertencia a Venezuela, de un tenor y una gravedad que no se escuchaba desde 1989, cuando se produjo la invasión de Panamá y el derrocamiento del dictador panameño Manuel Antonio Noriega. La amenaza surge precisamente porque en América Latina surgen pulsiones dictatoriales que se creían desterradas desde los años 80.
El presidente norteamericano Donald Trump le ha pedido a su colega venezolano, Nicolás Maduro,  que se abstenga de instalar una Asamblea Constituyente el próximo 30 de julio, de lo contrario aplicará “rápidas y fuertes sanciones económicas a su país”.
"Estados Unidos no se quedará quieto mientras Venezuela se desmorona. Si el régimen de Maduro impone su Asamblea Constituyente el 30 de julio, Estados Unidos tomará fuertes y rápidas acciones económicas", dijo Trump en un comunicado sin dar detalles acerca de qué implicarían esas medidas. El jefe de la Casa Blanca ha calificado al presidente caribeño como un mal líder porque sueña con convertirse en un dictador, hecho que no va a permitir.
Este duro pronunciamiento llegó un día después del contundente plebiscito simbólico convocado por la oposición en el que cerca de siete millones de venezolanos se pronunciaron en contra de la Constituyente que busca convertir a Venezuela en una autocracia, dándole poderes extraordinarios al presidente. Trump ha dicho que esta ha sido una acción valiente del pueblo que no puede ser ignorada y ha reiterado su llamado a elecciones libres y justas.
Más allá de que si es Trump, Estados Unidos, el imperialismo o cualquiera que haga la advertencia, el Chavismo y todos los populistas que todavía gobiernan en el continente, deben entender que la palanca de la denominada “democracia plebiscitaria” se ha agotado definitivamente y la única alternativa para continuar en el poder es imponer dictaduras de hecho como la que funciona en Nicaragua, como la que pretende instaurar Maduro y como la que se está buscando en Bolivia, trastocando completamente el orden constitucional e ignorando la voluntad popular expresada en el referéndum del 21 de febrero de 2016.
La otra conclusión que se desprende de los últimos acontecimientos es que un proceso dictatorial de  base militar como la que está tratando de consolidar Maduro en Venezuela es una involución inaceptable para el continente luego de haber transcurrido más de treinta años de recuperada la democracia, un camino largo y doloroso que no debe ser interrumpido.
Por último, Estados Unidos reacciona no solo por la defensa de la democracia o del pueblo venezolano, algo que puede ser muy discutible. De prosperar una dictadura en el continente, de la mano de cualquiera de los regímenes populistas de la región, necesariamente deberá contar con el respaldo de alguna potencia extranjera, llámese Irán, China o Rusia, que han estado revoloteando muy seguido por el continente en la última década. Aquello sería inaceptable para Washington, de ahí la dura reacción expresada por Donald Trump, que seguramente se replicará en otros círculos internacionales de occidente.
Más allá de que si es Trump, Estados Unidos, el imperialismo o cualquiera que haga la advertencia, el Chavismo y todos los populistas deben entender que la palanca de la denominada 'democracia plebiscitaria' se ha agotado definitivamente.

lunes, 17 de julio de 2017

Iván Arias Durán que se denomina "ciudadano de la República de Bolivia" y somos dos, hace ver "el carino que los pacenos le tienen al MAS y lo mal que el MAS trata a los pacenos. los datos son imperdibles, "gracias negrito, siempre laborioso"


Más pegas, más te quiero



lunes, 22 de mayo de 2017

con 20 años en el servicio exterior y experto en finanzas internacionales Julio Alvarado emite juicios lacerantes. estamos por encima de las cifras de deuda externa que ofrece el Gobierno. Evo afirma que estamos bien y entonces la pregunta es, "de dónde viene el dinero" será el circuito coca cocaína que genera ingresos? en todo caso dice el estudioso, hace falta un "sinceramiento y que se diga la verdad".




Julio Alvarado | Rafael Sagárnaga L.
Julio Alvarado | Rafael Sagárnaga L.

Julio Alvarado: “Bolivia ya debe más de $us 16 mil millones”


EVALUACIÓN | EL ANALISTA CONSIDERA QUE EL GOBIERNO ENFRENTA UNA CRISIS ECONÓMICA CONTRAYENDO DEUDA, AGOTANDO RESERVAS E INCREMENTANDO EL DÉFICIT FISCAL. PIDE QUE SE ABRA EL DEBATE SOBRE LOS ALCANCES DE LA ECONOMÍA ILEGAL.

El economista Julio Alvarado no ahorra críticas a la política económica del Gobierno. Asegura que siguió los mismos pasos que la dictadura de Hugo Banzer e incluso que proporcionalmente los superó. En este diálogo con OH! remarca los riesgos de un excesivo endeudamiento y una grave dificultad para asumir medidas urgentes. 

OH!: ¿Está Bolivia en crisis económica?
Tenemos los siguientes datos: ya vamos por el tercer año con déficit fiscal y que se va incrementando. En 2017 puede que lleguemos a un 8 o 10 por ciento de déficit fiscal, un indicador que ya debe preocupar mucho. Luego, nuestras exportaciones cayeron en más de una tercera parte, sea hidrocarburos, construcción, agricultura, minería, etc. Tercero, nuestras Reservas Internacionales Netas también cayeron en más de un tercio. Entonces, si todo eso va cayendo, ¿cómo es posible que la economía boliviana siga creciendo?

No hay explicación lógica. Las autoridades atribuyen el crecimiento a “la demanda interna”. Pero entonces hay que preguntarse: ¿qué sustenta la demanda interna? ¿De dónde viene ese dinero si los sectores están deprimidos, si se están contrayendo? Entonces, habrá que hablar de aquello de lo que no se ha querido hablar en estos años. Hagamos un estudio serio sobre la economía del circuito coca-cocaína para ver cuál es su peso. Porque si todo se cae y seguimos creciendo, entonces hay otros sectores que hacen que esta pérdida de los sectores formales no repercuta en la población. No solo ello, sino que además son sectores que tienen un peso específico muy fuerte y permiten que la economía nacional crezca.

OH!: ¿No entra en ese crecimiento la adquisición de deuda con la que acuñan esos bajones en las exportaciones y demás?
La deuda es otro de los escándalos de este Gobierno. Cuando Evo Morales asumió el poder, la deuda real del país era de 1.830 millones de dólares. En papeles la deuda era de 5.000 millones de dólares, pero en papeles, porque hasta el año 2005 ya se había negociado la condonación. Y nos condonaron alrededor de 3.100 millones de dólares. Pero en este momento, hemos pasado los 12 mil millones de dólares de deuda.

OH!: El Gobierno señala que son menos, algo así como 8.000 millones de dólares.
Es porque el Gobierno calcula como quiere. Nos dice: “Sólo tenemos 8.200 millones de deuda”. Evidentemente, pero ésa es sólo la deuda desembolsada, el dinero que ya nos han entregado. Pero hay que añadir todavía la deuda que no se les ha desembolsado. Eso ya está firmado, oleado y sacramentado y suma alrededor de 3.800 millones de dólares. Con eso superamos los 12 mil millones  y todavía hay que sumarle la deuda interna, y entonces sobrepasamos los 16 mil millones de dólares. Ésa es la realidad, Bolivia ya debe más de 16 mil millones de dólares.
Por eso cuando dicen que nuestra economía está bien, uno se pregunta: ¿qué está bien? Si hay más deuda, más déficit, menos exportaciones y hasta nuestras importaciones han caído, entonces, ¿qué está bien? No hay lógica, salvo que estemos viviendo de la economía ilegal.
Es una deuda récord, la más alta de nuestra historia.

OH!: Entonces la relación deuda frente a Producto Interno Bruto (PIB) también ya constituye indicador de crisis, ¿no es así?
Claro, los organismos internacionales señalan que cuando la deuda supera al 50 por ciento del PIB ya hay que preocuparse. Si llegamos a los 16 mil millones de dólares, entonces hemos superado ya 50 por ciento de nuestro PIB.      

Claro que alguien dirá que EEUU o Japón tienen deudas superiores al 50 por ciento de su PIB o mucho más, pero son potencias donde todo el mundo quiere ir a invertir. En cambio nadie se está peleando precisamente por venir a invertir a Bolivia, ni mucho menos.

OH!: Y en ese escenario de deterioro marcado, ¿se puede prever cuándo se vendría un colapso si no se corrige el rumbo de la economía boliviana?

Es, por ahora, muy difícil. Actualmente tenemos cerca de 9.500 millones de reservas internacionales que el Gobierno seguramente se las va a gastar para que no sintamos la crisis. Ahora no se siente la crisis porque el Gobierno está metiendo dinero en base al endeudamiento y las reservas. Es una de las formas con las que está amortiguando, forma que, eso sí, no alcanza para el crecimiento.

Todo dependerá de los precios del petróleo, de los minerales, de la soya y también de la lucha contra el narcotráfico en América Latina. De hecho, los países vecinos, Brasil, Perú, Argentina, Chile, están muy preocupados con el tema narcotráfico y el papel que está jugando Bolivia en ese escenario. Pero en suma, de esos factores dependerá cuán rápido el Gobierno gasta las reservas, nos endeuda más. De eso dependerá cuándo el ciudadano empiece a sentir la crisis, aunque algunos sectores ya la están sintiendo.  

OH!: El Gobierno ha proyectado como alternativas de ingresos  los proyectos hidroeléctricos para exportar energía y la explotación del litio. ¿Cree que eso amortiguará el bajón en algún momento?
En el litio ya se han gastado más de 800 millones de dólares y hasta ahora no hay ningún resultado, es una inversión perdida. Luego, se habla de proyectos y más proyectos, por ejemplo en las hidroeléctricas. Pero vemos que hasta las empresas constructoras se están escapando, como en el caso de Miguillas.

Decir que se invertirá 5.000 u 8.000 millones de dólares no se ha reflejado en mejores ingresos. El caso de la planta de urea y amoniaco, se dice que se concluirá este año, pero no se ha construido el tren para transportarla. ¿Entonces en qué la sacarán? ¿En burros?

¿Hay mercados para esa producción? Y, peor aún, ¿tenemos gas para alimentar esa planta? ¿Siquiera se ha construido un gasoducto que llegue a la planta?

OH!: Pero ya se ha firmado acuerdos con algunos estados brasileños para la venta de combustibles y urea.

Son simplemente cartas de buenas intenciones, no son negocios reales consumados.

OH!: ¿Qué medidas considera que se deben asumir para frenar este bajón económico?

El que el Gobierno ya haya lanzado un plan de generación de empleos demuestra que ellos se dieron cuenta de la gravedad de la situación. Pero hacen falta otras medidas que técnicamente son fáciles de aplicar, pero el riesgo serían sus impactos sociales. Por ejemplo, variar el tipo de cambio ya es una necesidad. Pero para una medida así el ciudadano tendría que tener confianza en sus autoridades y en sus políticas.

En esos casos se puede tomar muchas medidas importantes. La gente sabe que, aunque las medidas sean duras, se las están tomando responsablemente. Pero en Bolivia nos han faltado demasiadas veces a la verdad. Recuerde que, en este tiempo nomás, nos dijeron que estábamos blindados, que nuestra economía estaba blindada y no iba a sufrir nada. Entonces la gente no confía en las autoridades. Hay que devaluar, ¿pero será factible? Se ha acostumbrado a los ciudadanos durante 6 años a que el tipo de cambio es inamovible. No sabemos qué tipo de reacción podría crear la devaluación de apenas un punto.

OH!: ¿Cómo están respondiendo al escenario de crisis global los países vecinos?
Bueno, todos los vecinos ya han devaluado sus monedas. La llegada de Donald Trump al poder ha fortalecido al dólar, está cada día más fuerte. Entonces los países vecinos decidieron devaluar sus monedas. Eso nos afecta porque sus productos empezaron a ingresar a Bolivia y a afectar a nuestros productores. Por ejemplo, el azúcar argentina y brasileña ingresa y hasta la están embolsando en sacos que tienen marcas locales. Eso al margen de la terrible competencia del contrabando en general.

Los vecinos también empezaron a reducir sus gastos, algo que acá no pasa, sino incluso todo lo contrario. Se está echando más dinero al mercado, ¿y con qué respaldo? Es una política muy peligrosa porque aumentan el déficit, disminuyen las reservas e incrementan la deuda. En ese marco, la pregunta es: ¿hasta cuándo podremos aguantar?
OH!: Hay quienes aseguran que la situación se parece a la que asumió el primer gobierno de Hugo Banzer, ¿está de acuerdo con ellos?

La política de Banzer fue replicada por el gobierno de Evo Morales: altos precios de materias primas, despilfarro y endeudamiento externo exagerado. Y eso que la proporción de endeudamiento de Banzer fue cuatro veces más sobre lo recibido, de 1.500 a 4.500 millones de dólares. El actual gobierno ya nos endeudó más de seis veces, de 2.000 a 12.000 millones. Y eso tendremos que pagarlo en algún momento.

Perfil
Julio Alvarado
Julio Alvarado estudió en la desaparecida República Democrática de Alemania. Allí obtuvo su licenciatura y maestría en economía política. Ejerce y ha ejercido la cátedra universitaria en universidades como la Mayor de San Andrés, Católica, Univalle y René Moreno, tanto en pregrado como en postgrado. También fue funcionario del servicio diplomático durante más de 20 años.

lunes, 15 de mayo de 2017

genial de parte del autor Julian, recordar la historia de la Bastilla con la cabeza del gobernador clavada en una lanza. debe recordar Maduro que lo de Venezuela es una Revolución, en la cual el pueblo caraqueño se jeuga la vida, aunque Maduro parezca no estar enterado y se pone al habla con las vacas, además de pajaritos...parece un pueblo abandonado. la situación es por cierto preocupante.


Mientras Venezuela arde


Julián Schvindlerman

Los venezolanos están abandonados. Abandonados por un Papa populista que les ha dado la espalda. Abandonados por los líderes latinoamericanos, que desoyeron los llamados urgentes de Luis Almagro para aplicar la Carta Democrática en la OEA

A Nicolás Maduro le vendría bien tener a mano un moderno duque de La Rochefoucauld. A él se dirigió el rey Louis XVI al anochecer del 14 de julio de 1789 con una simple pregunta: “¿Es esto una revuelta?”.

Aquella mañana parisina había comenzado con el ataque popular a la prisión de la Bastilla; en horas de la tarde, la multitud desfiló por la ciudad con la cabeza del gobernador clavada en una lanza. Respondió entonces el duque: “¡No, señor, es una revolución!”. No estoy seguro de que el país caribeño haya entrado ya en esa fase irreversible de su estadio histórico, pero la imagen de una estatua de Hugo Chávez tirada al suelo por una turba en Rosario de Perijá, próxima a Maracaibo, bien podría ser un presagio iconográfico de los tiempos políticos por venir.

El presidente de Venezuela no parece estar enterado del dramático momento que está atravesando el país. Sordo a los reclamos de su pueblo, está abierto sin embargo a platicar con animales. Durante una reciente visita a la Expo Venezuela Producción Soberana, dialogó con vacas, micrófono en mano. “Convoco desde ya a la Constituyente, quiero que voceros y líderes y productores del campo sean próximos diputados y diputadas de la Constituyente” dijo Maduro mirando fijamente a los mamíferos. “¿Me van a acompañar? ¿Me van a apoyar en la Constituyente?” indagó antes de marcharse, sin obtener respuesta.

Hay que ver el video para creerlo. Ya sabíamos que conversaba con pajaritos. “Les voy a confesar que por ahí se me acercó un pajarito, otra vez se me acercó y me dijo que el comandante estaba feliz y lleno de amor de la lealtad de su pueblo”, declaró el Presidente durante un acto en Sabaneta, ciudad donde nació Chávez.

El pueblo venezolano está desesperado. No tiene alimentos para sobrevivir, ni medicinas para curarse, ni dinero que valga ante una inflación galopante, ni seguridad policial para resguardarse de los criminales, ni un parlamento que pueda garantizar sus derechos, ni una corte de Justicia que intervenga en su favor. Los venezolanos están desahuciados, oprimidos y desconcertados. Y no menos grave, están abandonados. Abandonados por un Papa populista que les ha dado la espalda. Abandonados por los líderes latinoamericanos, que desoyeron los llamados urgentes de Luis Almagro para aplicar la Carta Democrática en la Organización de Estados Americanos (OEA) cuando se estaba a tiempo. Abandonados por la izquierda de limusina —Sean Penn, Oliver Stone, Michael Moore— que, ocupada como está militando contra Trump, se ha olvidado del adulado proyecto bolivariano.

Venezuela es primero un problema latinoamericano y después hemisférico. Sin embargo, ha sido Estados Unidos, y no los países latinoamericanos, quien ha estado imponiendo sanciones contra el régimen de Caracas. Comenzaron con Barack Obama en el 2014, tras la sangrienta represión de las marchas opositoras que dejaron 43 muertos y cientos de heridos. Luego Washington congeló los bienes que tenían en Estados Unidos funcionarios venezolanos vinculados con la represión y les anuló sus visados. En el 2015, Estados Unidos declaró a Venezuela una “amenaza a la seguridad nacional” y amplió las sanciones. Tras asumir el mando, Donald Trump continuó esta política. En febrero acusó y sancionó al vicepresidente Tareck El Aissami de ser un narcotraficante, y este mes anunció nuevas sanciones ni bien Maduro llamó a reemplazar la Constitución.

Ninguna nación latinoamericana puede ni remotamente mostrar un accionar semejante. Todo lo que pueden hacer es convocar a reuniones urgentes, emitir comunicados, respaldar a Francisco cuando desde Roma insta (otra vez) al diálogo, y mostrarse compungidos por el destino trágico de los venezolanos. ¿Acciones concretas? Muy poco. El secretario general Luis Almagro intentó movilizarlos, sacarlos de su sopor diplomático, forzarlos a hacer algo. En vano. Aun con Dilma Rousseff, Rafael Correa y Cristina Kirchner fuera del sillón presidencial, y con una nueva camada de líderes no populistas en varios gobiernos de la región, las naciones latinoamericanas no han hecho nada tangible para alivianar el padecimiento del pueblo venezolano. Hasta el Parlamento Europeo, desde Estrasburgo, aprobó al menos diez resoluciones de condena contra la represión y la violación de libertades del régimen de Caracas.

Eso es lo más lejos que han llegado las “naciones hermanas” en la OEA: han repudiado públicamente al gobierno caraqueño. Prestas para el comunicado de protocolo y la declaración conjunta de rigor, las naciones de América Latina no han hecho, hasta el momento, mucho más que eso por los venezolanos. Ofendido incluso ante este minimalismo diplomático latinoamericano, Maduro sacó a Venezuela de la OEA dando un portazo. Cuesta imaginar una situación más vergonzante para la región.