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viernes, 24 de abril de 2015

lejos de la utopia del "vivir bien" para encontrar la felicidad, Estremadoiro blande su fino humor y satiriza "los intentos de la dirigencia masista" por pretender conducir a los bolivianos por la senda de una dicha que más bien se aproxima a la autocracia o dictadura de pocos.

¿Valorar nuestra historia? Deberíamos empezar por la autocrítica de reconocer que Bolivia ha sido presa de antihéroes ligados al poder político. ¿La vestimenta de algunos? Empecemos por el que cambió una humilde chompa a rayas por caras chaquetas de boutique 
Especialista en desnudar contrasentidos que pretendo ser, abordo la doctrina del Vivir Bien en contraste con el Día de la Tierra y el “robo del siglo” como se ha venido a llamar al escándalo del Fondo Indígena Originario Campesino (Fondioc). Es grande el bocado. Corro el riesgo de atragantarme, sin nadie que me abrace de atrás y apriete mi cintura hasta que salte el pedazote que me asfixiaría.
La doctrina del Vivir Bien puede resumirse en la armonía con la naturaleza, ya que el hombre es secundario al medio ambiente. Digan si ese postulado no es un contrasentido con un Día de la Tierra en medio del aire viciado que se respira en urbes bolivianas, agravados por el humo de quemas anuales de los montes en la época seca que se avecina.
El culpable es el hombre. Desde el ignaro burgués que tala un hermoso ceibo porque sus flores ensucian la acera en otoño, hasta el ignorante campesino que desmonta mediante tala y fuego que se desborda y provoca un incendio forestal asesino de plantas, animales e insectos. Para no hablar de la sádica que ríe de censuras al apaleamiento y asesinato de su perro; si no fuera inculta, apuesto a que citaría como descargo a uno que degollaba pichichos en Achacachi y luego fue Presidente interino de la nación, durante múltiples viajes del primer mandatario y su Vice.
La doctrina del Vivir Bien delimita diferencias con el socialismo y todavía más con el capitalismo, según su ideólogo el canciller Choquehuanca. Declaró que “el primero busca satisfacer las necesidades del hombre, y para el capitalismo lo más importante es el dinero y la plusvalía”. Semejante simplificación es una patraña. Sin embargo, ateniéndonos a tal sabihondez hurguemos vericuetos de la tramoya del pomposo Fondo Indígena Originario Campesino (Fondioc). Apenas se han arañado repercusiones y aprovechadores, pero se nota que el Gobierno quiere echar tierra sobre el tema, como si fuera una hedionda caca de gato.
Una primera nebulosa revelada por el telescopio Hubble de la prensa, es la magnitud del buraco. Una simple regla de tres sugeriría que si 154 proyectos revisados de 1.100 demuestran que 71 millones de moneda nacional se esfumaron, entonces el tamaño de la avería podría ser la friolera de más de 72 millones de dólares.
Apuntan al Contralor por no revisar las cuentas del Fondo Indígena, quizá creado con licencia para robar por parte de ‘originarios’ y campesinos. Se le ha unido el Ministro de Finanzas, mago que incluso ha sido propuesto para solucionar el descalabro económico de Venezuela, hoy sospechoso de soltar la plata sin papeleos y complicaciones burocráticas que a otros mortifican: ¿por qué tal diferente rasero?
Recuerdo al prestigioso columnista que hace tiempo no creía de boliches paceños donde turistas se refocilaban con el ‘strip tease’ de cholitas. Hoy basta leer la profusión de avisaje de chicas de pollera “recién iniciaditas,  ‘apretitas’ ”, etc. para evidenciar que la prostitución pringa a las que él suponía la reserva moral de nuestra sociedad, algo de por sí una forma de prejuicio, de racismo al revés, en contra de ‘originarias’ que tienen libido, o necesidad, al igual que todas las personas.
Si hay  ‘strip tease’  de cholitas o si ganan el sustento ejerciendo el oficio más antiguo del mundo, ¿por qué no chulas políticas ladronas? Tal pensé al informarme de dineros del Fondioc destinados a proyectos fantasmas en bien de indígenas, que fueran depositados en cuentas bancarias propias. Añado a  una embajadora en Ecuador, sombrero “derby” inglés, manta bordada y pollera engordada por varias enaguas (de origen español), hojas de coca en una bandeja, wiphala y todo, que fuera destituida por la sindicación de beneficiarse con varios proyectos ‘fantasma’. Era la mano derecha de una excandidata a Gobernadora, dicen, también en la cuerda floja de la sospecha.
Echó a la basura un postulado de la Doctrina del Vivir Bien, que busca solidarizarse con el prójimo y consolidar un “equilibrio”, “no tener ni mucho, ni poco, sino lo necesario”, según un director general de Ceremonial del Ministerio de Relaciones Exteriores. Salta a la vista que las necesidades de la diplomática no son las mismas que, digamos, un beneficiario de los proyectos esfumados. Si en el capitalismo el dinero es más importante, censuro la angurria de ‘originarios’ que roban a unos pobres indígenas.        
¿Valorar nuestra historia? Deberíamos empezar por la autocrítica de reconocer que Bolivia ha sido presa de antihéroes ligados al poder político. ¿La vestimenta de algunos? Empecemos por el que cambió una humilde chompa a rayas por caras chaquetas de boutique. ¿Valorar nuestro idioma? Que se lo encaren a quien chapurrea el español y desconoce tanto el aimara como el quechua (del guaraní ni hablar), aparte de que ese trío lingüístico no representa a las múltiples lenguas del país. ¿Respetar a la mujer? Que lo digan titulares de golpizas y feminicidios de los últimos meses.
Postulado o utopía, la doctrina del “Vivir Bien” es una falsedad. Empieza en uno cuyo mayor aporte a las relaciones exteriores del país quizá sean los ‘ajtapis’ o coca en vez de leche para los lactantes. O el sexo entre las piedras, idea que espero se edite como el Kama Sutra aimara que ensombrezca  a Las 50 sombras de Grey y sus secuelas.
El autor es antropólogo.
win1943@gmail.com

jueves, 16 de abril de 2015

con mano firme El Deber suscribe "Estocada a la Democracia" el duro golpe de los tribunales electorales, "entre gallos y medianoche"dar por vencedor en las elecciones del 29 de marzo, al candidato masista. un escándalo. un atropello, un abuso inaudito de poder.

La fortaleza democrática del pueblo boliviano debe ser correspondida por un sistema electoral que garantice los plenos derechos de los electores. En estos términos reflexionó Álvaro Colom, que encabezó la misión de observadores de la OEA en las elecciones regionales del 29 de marzo. Colom, expresidente de Guatemala, identificó, además, ‘problemas estructurales’ en dicho sistema y recomendó, para solucionarlos, la apertura de un debate político y legislativo para implementar las reformas necesarias. 

En la línea de sus observaciones realizadas antes de dejar el país, el jefe de la misión internacional habrá empalidecido si a la distancia supo de las últimas acciones que correspondieron al Tribunal Electoral de Chuquisaca que, entre gallos y medianoche, concedió la victoria en los comicios para gobernador de ese departamento al candidato oficialista, excluyendo más de 9.000 votos que correspondían a otra organización política cuyo candidato renunció. De llamativa manera, la anulación de esos sufragios había sido anunciada en los días previos por los principales gobernantes del país. La errónea decisión, amplia y duramente condenada por analistas, activistas y académicos, como por diversos sectores ciudadanos, dejó sin efecto la segunda vuelta viabilizando, sin otro trámite, la reelección del gobernador Gabriel Urquizo (MAS) mientras la oposición chuquisaqueña ha anunciado que apelará ante el Tribunal Supremo Electoral y el Tribunal Constitucional, fuera de impulsar acciones penales contra los vocales electorales que fallaron en tal sentido, incluso violando hasta la propia normativa del proceso.

Entre tanto, han empezado a elevarse y multiplicarse las voces que piden la renuncia de los vocales del Órgano Electoral a escala nacional y en todos los departamentos por no haber mostrado imparcialidad durante el último proceso comicial. Una imparcialidad puesta bajo sospecha desde el principio por algunos de los propios vocales que, al asumir sus cargos, juraron con el puño izquierdo en alto siguiendo el estilo impuesto por el partido gobernante. Uno de ellos dijo públicamente y sin inmutarse que jamás se arrepentirá de haberlo hecho de ese modo.

Con lo ocurrido en Chuquisaca y cuando están pendientes las segundas vueltas electorales en Beni y Tarija donde el Gobierno desplegará una fuerte estrategia en respaldo de sus candidatos, la democracia boliviana ha sufrido una muy fuerte estocada por la falta de transparencia y rectitud que estropea torpemente el derecho constitucional al voto y la buena fe del electorado boliviano

martes, 14 de abril de 2015

tres textos de gran sabor agridulce para los masistas que recogemos para deleite de nuestros lectores. Gracias Jimmy Christie que me dio el rebote desde Florida, USA

El desencuentro entre EEUU y Cuba, que duraba desde 1960, ha creado costras en las mentes de algunos latinoamericanos, costras difíciles de remover, a juzgar por lo que ocurrió en la VII Cumbre Iberoamericana de Panamá.
Revolucionarios huérfanos: Hace dos años comenzó el diálogo de esos dos países para restablecer relaciones diplomáticas, pero algunos líderes latinoamericanos no estaban enterados, a juzgar por los discursos que hicieron en la cumbre.
El anuncio formal del reencuentro EEUU-Cuba se merecía un mejor auditorio que el de esa reunión, que mostró a unos líderes que no han actualizado sus viejos discursos de la guerra fría.
La paradoja mayor: El primer negro que llegó a la presidencia de EEUU, hombre moderno e inteligente, tuvo que escuchar unos discursos añejos y mal hilvanados, mientras el único que lo felicitaba por la iniciativa, y le pedía disculpas, era el octogenario Raúl Castro. Las caricaturas y los memes de los medios y las redes de todo el mundo reflejaron esa paradoja.
Estrella del socialismo: La saña de los discursos retrataba el desencanto de esos líderes por no haber sido informados de que la estrella que inspiraba sus actos políticos, la que dio lugar al “socialismo del siglo XXI”, se estaba desmarcando y se abrazaba con el odiado imperio.
Huérfanos de la revolución que les servía de ejemplo, desfogaron su impotencia ofendiendo a Obama, a quien Castro había definido unos minutos antes como el único inocente de los últimos once presidentes de EEUU.
Muerte de Kennedy: El discurso de Castro fue completo, porque hizo un repaso desde el nacimiento de su país, siempre sometido a las presiones y al paternalismo de EEUU. Reveló que el día en que John Kennedy fue asesinado, en 1963, había enviado un mensaje a Fidel Castro para proponer un acercamiento bilateral. Un dato que se añade a la maraña de los indicios sobre la participación de las mafias en el asesinato del esposo de Jacqueline Kennedy.
Confusión presidencial: Para el presidente boliviano lo más importante que había ocurrido en el continente era el decreto de EEUU que define a Venezuela como una amenaza, mientras que los de Ecuador, Argentina y Nicaragua saludaron el reencuentro aunque también criticaron el decreto.
EMA tuvo el desatino de aludir a su caso personal, cuando el embajador Manuel Rocha recomendó a los bolivianos no votar por el MAS, ¡comparando ese momento con el bloqueo a Cuba!
La sensación de asistir a una reunión equivocada la tuvieron también los presidentes, como el boliviano, que organizaron y financiaron, una costosa “cumbre paralela” diseñada para condenar a Obama y defender a Nicolás Maduro.
Nutrida delegación: Alrededor de 70 organizaciones sociales bolivianas enviaron a sus representantes a Panamá, con pasajes, hotel y viáticos pagados por el gobierno, pero la reunión no atrajo la atención del periodismo, cuyos flashes estaban dirigidos al saludo de Obama con Castro.

Llevaron danzas y carteles pero no pudieron ni siquiera ganar en notoriedad a los enfrentamientos entre cubanos que se dieron en los alrededores de la cumbre.

lunes, 6 de abril de 2015

medular análisis de Susana Seleme de nuestra Bolivia poselectoral. no sólo descalifica al masismo, sino al Tribunal Electoral instrumento de Evoque se creyó absoluto e invencible.

La democracia método o la democracia condición social 
“Si no existieran intereses diferentes, casi no se notaría el interés común y nunca se le pondría trabas; todo iría por sus propios pasos y la política dejaría ser un arte". Jean-JacquesRousseau
Solo los regímenes dictatoriales y autocráticos creen que las sociedades a las que sojuzgan terminan acostumbrándose a los abusos y menosprecios de la calidad democrática y ciudadana, es decir de sus derechos civiles y políticos, como derechos humamos. Y no es así. De ahí que gran parte de la sociedad boliviana dijo “basta” , el domingo 29 de marzo, cuando se elegía 9 gobernadores y 329 alcaldes en todo el país. Ese “basta” se traduce en votos que no favorecieron a los centralistas antidemocráticos del Movimiento al Socialismo (MAS), a pesar de los inagotables recursos que gastaron en propaganda política, pese a que el jefe del régimen Evo Morales hizo campaña con sus candidatos violando toda norma, y desafiando el chantaje que lanzó a la oposición y al electorado: “No trabajaremos con opositores que ganen en las próximas elecciones”, las del pasado 29 de marzo. La amenaza la han vuelto a repetir algunos hombres del oficialismo con una frase digna de dictadores folclóricos y populistas: “la música la pone el MAS, y todos bailarán a ese ritmo”.

El voto rechazo de los electores descalifica también al Órgano Electoral que, como el poder judicial, ha sido instrumentodel poder político que se creyó absoluto e invencible, al punto de impedir que 228 candidatos en Beni, no pudieran ejercer su derecho a ser elegidos: fueron inhabilitados a solo 9 días de las elecciones, sin tiempo de sacar sus fotos de las papeletas electorales. También pesó la corrupción en todo los niveles de gobierno, que como la peste no ha dejado resquicio, hasta llegar a meter “la mano en la lata” de los recursos que correspondían a los más pobres de los pobres: el Fondo Indígena. Y esa ‘metida de mano’ afectó a la candidata oficialista por la gobernación de La Paz, no por su condición de mujer indígena.Como dice el refrán: “tanto va el cántaro al agua que al final se rompe”.

Claro que el cántaro no se ha roto del todo, pero esta desportillado, pues el voto que el régimen obtuvo en estas últimas elecciones regionales, dista mucho del obtenido en octubre pasado: 60 %. Se ha resquebrajado la adhesión al autócrata porque despreció las particularidades de las elecciones departamentales y municipales, en las que pesan más los liderazgos regionales y locales que los nacionales. El 29 de marzo la figura del caudillo no bastó para ganar en La Paz, por ejemplo, su antes bastión inexpugnable, donde perdió la gobernación frente a un candidato indígena e intelectual, Felix Patzi, aliado al vencedor de la alcaldía de la capital y sede del gobierno, Luis Revilla, ambos jóvenes líderes de una nueva oposición. En la populosa urbe de El Alto, ganó otra joven de 34 años también de ascendencia aymara, sencilla y carismática, con una trayectoria política en su ciudad y en su partido, y un discurso inclusivo sin poses populistas ni radicales. Con ella no hubo machismo ni anti-indigenismo. 

El régimen tampoco ganó en Beni, a pesar del golpe de Estado a esa democracia departamental y al liderazgo emergente de Ernesto Suárez. Allí habrá segunda, pese a la inhabilitación de 228 personas y al boicot en la revisión de las actas del Territorio Indígena del Parque Nacional Isiboro Sécure, el ya conocido TIPNIS, cuya población fue objeto de feroz represión el año 2011. De 11 poblaciones, 7 ganó la oposición excluida de la papeleta, pero con nuevo candidato sin foto, y el oficialismo solo venció 4. 


Las contradicciones del ejercicio del poder sin contrapesos
Se puede afirmar que el reiterado manoseo al libre voto ciudadano con el objetivo de lograr el copamiento político-territorial y social total, despreciando la institucionalidad democrática y el equilibrio de poderes, entre otros factores, hoy representa una debilidad para el régimen. Dependerá de la conciencia política boliviana para que el país encuentre su mejor cauce en el marco de una democracia moderna. Es decir, sin ataduras corporativas de diverso orden, disfrazadas como movimientos sociales que son portadores de la “antipolítica” pues reniegan del diálogo político que no reconocen la pluralidad político-partidaria representativa, que más allá de sus falencias, siempre son corregibles en virtud del reconocimiento de las diferencias, como parte de la realidad concreta.

Las observaciones de los representantes de la OEA, sobre las pasadas elecciones son lapidarias y no admiten excusas, no solo en el caso de Beni, sino también por la inconstitucionalidad de todas las medidas del Tribunal Electoral que atentan contra la calidad de la democracia y el voto de la ciudadanía, violando la Constitución Política del Estado, ‘ley de leyes’ que le dicen, y que debiera estar por encima de cualquier otra disposición jurídica. 

Sin dudas hay que señalar que para quienes gobiernan hoy Bolivia, la democracia es solo un método, un mero procedimiento para su reproducción en el poder vía el voto, no siempre libre, sino bajo prebenda o chantaje. Morales y compañía no conciben la democracia como una auténtica condición social que otorga libertad e igualdad político-jurídicas a todos los ciudadanos, sin distinción alguna, para elegir y ser elegidos, para dirigir el gobierno o los gobiernos de sus comunidades. 


Las realidades locales y los ‘cuoteos’ 
Algunas notas de prensa observan que en las elecciones de marzo pasado no ha habido un bloque opositor homogéneo, como el oficialista. En los hechos han ganado diversas agrupaciones políticas regionales que portaban aspiraciones y demandas locales, de ahí su fortaleza y su triunfo, que son distintas a la fragmentación o dispersión, como puede darse en elecciones nacionales, así el adversario sea un poderoso y antidemocrático centralismo, o no lo sea. Sin embargo, el caso del Movimiento Demócrata Social del reelecto gobernador de Santa Cruz, Rubén Costas, merece atención: ganó en gran parte de los municipios cruceños, se hizo con la Alcaldía de Cochabamba, antes reducto del MAS, apoyó a otros candidatos ganadores y obliga a una segunda vuelta en Beni. El tiempo dirá si esta incursión política expresa una visión que va de la región al resto del país. Pero hoy existen en Bolivia nuevos y jóvenes liderazgos ganadores, como los dos de Tarija; tres La Paz;uno o más en Beni, otro en Cochabamba, por citar algunos, y dependerá de su gestión política y administrativa, de su visión regional-nacional para que se consoliden, no necesariamente en un solo bloque opositor.

Sobre el “cuoteo político” del que ya se empieza a hablar, hay que señalar que sí existió y existe. No obstante es un término peyorativo que sustituyó el concepto de pactos y alianzas políticas necesarias en democracia para garantizar gobernabilidad democrática, a la que se debe agregar la ‘gobernanza” con rendición de cuentas y transparencia en la gestión de las políticas públicas. 

Como pensaba Rousseau, en el siglo XVIII, “Si no existieran intereses diferentes, casi no se notaría el interés común.. y la política dejaría de ser un arte”. Es decir, “el arte de la política” así considerada desde los tiempos de Aristóteles, en el siglo III, antes de nuestra era. O en palabras de un escritor contemporáneo como Fernando Mires “La política, al menos la democrática, revela su contextura en sus momentos más cruciales y no hay momento más crucial que una elección… la política siempre será lucha por el poder”.

Cierto que la sustitución de pactos y alianzas, al menos en Bolivia y otros países de América Latina, dejó de ser un arte para convertirse en grosera repartija de espacios de poder y “pegas”. Siempre será un peligro, sobre todo en democracias débiles, sin respeto a la institucionalidad, ni a la división de poderes, ni a las diferencias políticas, ni a los Derechos Humanos como en la actual Bolivia. No obstante, me inclino por ese peligro, que puede ser denunciado o neutralizado, antes que la concentración del poder como el de Morales, que se convierte en poder absoluto con impulsos dictatoriales y totalitarios, hoy algo resquebrajado.