Constitución a balas
No es un misterio que lo que Evo Morales llama "Revolución en democracia" es en Bolivia un proceso que se está llevando a cabo bajo el fragor de acciones violentas. Las urnas son sólo un pretexto para maquillar, con ayuda de un padrón electoral fraudulento, la cada vez más extinta y el menos respetado régimen democrático.
En medio de la presente confrontación, el portavoz Presidencial, Iván Canelas, negó la declaración que hiciera el presidente del Senado, Oscar Ortiz, en el sentido de que el presidente de la República hubiera amenazado con detener o apresar a los prefectos que no firmen el acuerdo para viabilizar su proyecto de Constitución Política del Estado.
Ortiz, denunció que en vez de abrirse al diálogo, Morales se dio modos de hacerles saber a los prefectos que correrán la suerte del prefecto de Pando, si no firman un "pacto" para viabilizar su constitución cuestionada por su carácter comunista, racista y por haber sido aprobada en forma ilegal. Según parece, en la concepción del Presidente, la violencia y las amenazas son la única manera de solucionar la crisis que afecta al país.
El vocero Canelas, reaparece cumpliendo su oficio en forma diferida, tal vez porque no se lo considera tan sagaz y agresivo, tanto como lo requieren las exigencias del propio Ejecutivo que suele plantear acciones que suelen ser muy rudas y nada diplomáticas.
Claro que tal vez para sobrevivir Canelas ha aprendido a hacerse al tonto, por lo menos de vez en cuando, o incluso tal como lo ha hecho en los últimos días, ha aprendido a fingir que no se ha enterado de que su gobierno ya es un campeón en el arte de fabricar mentiras. Canelas, fuera de contexto, apareció declarando que el senador Ortiz miente con facilidad, haciendo referencia a la declaración que este realizó sobre las amenazas de Morales a los prefectos.
En un intento de proteger al mandatario boliviano, Canelas planteó que este no podría haber hostigado a los prefectos puesto que el diálogo se realiza frente a observadores internacionales.
Pero no aclaró que los referidos observadores de la OEA, UE, onU, UNASUR, no representan ninguna garantía, puesto que ante sus mismas narices, Morales estuvo a punto de invadir Santa Cruz sin que ellos pestañeen siquiera, puesto que parecen estar advertidos que en realidad han venido dispuestos a tragar sapos y culebras y a bailar al ritmo que le ponga el mandatario boliviano.
El portavoz Canelas, no se enteró que los países "amigos" nos han enviado a un grupo veedores que no hace cuestión porque se haga justicia o se respeten las reglas democráticas, sino que da muestras de estar velando para que quienes se oponen a las políticas de Morales sean silenciados o invisibilizados en los informes y reportes nacionales e internacionales.
Este es el motivo por el que Ivan Canelas, con la habitual parsimonia con la que pretende no darse por enterado que es vocero de una dictadura, dijo que en realidad el Presidente Morales sólo les ha hablado fuerte a los prefectos, "les enrostró a los prefectos que estaban inmersos en un proceso de golpe de estado civil y de la democracia", "Pero en absoluto el Presidente amenazó a esos prefectos", insistió Canelas que no tiene oídos para aquello que no desea escuchar y tampoco tiene voz propia, puesto que fue contratado para decir lo que el gobierno plantea que diga.
No hace falta ser adivino, ni se necesita ser vocero, para saber que el presente proceso está siendo forjado a fuerza de mañas, fuerza, violencia, muertes, ilegalidades, balas y otras cosas más deleznables aún.
Para conocer el alcance de las mentiras que alienta su gobierno, el vocero Canelas debería averiguar qué fue lo que hizo realmente su símil Quintana en contra de Leopoldo Fernández y la gente de Pando.
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