Recién el lunes pasado, la Cancillería transmitió a La Moneda su recomendación de que la Presidenta Bachelet viajara a Cochabamba -adonde llegó anoche-, para inaugurar junto a Evo Morales una cita de congresistas de la región. Estos debatirán sobre el diseño del parlamento de la Unión Suramericana de Naciones, Unasur.
La semana anterior, sin embargo, en RR.EE. habían expresado reparos al viaje. En principio, en Cancillería veían con inquietud que muy pocos congresistas de otros países asistirían y que habría una presencia mayoritaria del oficialismo boliviano, en medio de la crisis interna en ese país. A ello se sumó la negativa del Congreso de enviar una delegación, postura liderada por el presidente del Senado, Adolfo Zaldívar, Hernán Larraín (UDI), Sergio Romero (RN) y Jorge Pizarro (DC). Zaldívar telefoneó a Bachelet esta semana para reiterar esa idea.
Así, Cancillería recomendó que Bachelet viajara sólo si había una asistencia "mayor y plural".Algo que fue chequeado el lunes: asistirán líderes opositores a Morales; el vicepresidente argentino, Julio Cobos, y algunos congresistas de Brasil y Perú. "Viajar es un gesto a Bolivia, y el no asistir habría traído más problemas con ese país", dicen en RR.EE.
Con la decisión tomada, el vicecanciller Alberto van Klaveren rechazó ayer las críticas de Larraín y Romero, quienes pidieron a Bachelet no viajar, pues aún no han sido aprobados los estatutos que crean Unasur. Además, Cancillería exhibió documentos para mostrar que remitió la invitación enviada a los parlamentarios chilenos desde Bolivia, algo que en el Senado negaron haber recibido.
Con todo, varios senadores estaban molestos pues Bachelet asistiría a la inauguración de la sede que eventualmente ocuparía el parlamento de Unasur. (Gentileza de La Tercera de S.C.)
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