El presidente Evo Morales y los prefectos opositores de cuatro de las nueve regiones de Bolivia concluyeron este domingo una reunión de 10 horas sin acuerdos ni conclusiones y sin una fecha prevista para una nueva reunión, informó el ministro de Desarrollo Rural, Carlos Romero.
Al cabo del encuentro, Romero dijo "lamentar que los prefectos de oposición no se hayan avenido a un acuerdo nacional de gran expectativa para el pueblo boliviano y fundamentalmente para las regiones impulsoras del proceso autonómico''.
La decisión de los prefectos rebeldes de Santa Cruz, Tarija, Chuquisaca y Beni de no firmar ningún acuerdo plantea como "evidente que vamos a ir al escenario congresal'' para dirimir el crucial tema de la aprobación de una nueva Constitución que incluya autonomías, dijo Romero.
Sin embargo, "nosotros vamos a continuar esperando en cualquier momento (a los prefectos) para seguir dialogando'', acotó.
Evo Morales encabezó la crucial reunión con sus opositores, los gobernadores autonomistas, para hallar una salida a la prolongada crisis política del país tras dos semanas de negociaciones confrontadas.
El encuentro se efectuó a puerta cerrada en Cochabamba, al centro del país, bajo la mirada de observadores de la OEA, Unasur y la Unión Europea, informó el prefecto de Oruro, Luis Alberto Aguilar a la radio estatal Patria Nueva.
Previo al encuentro, Morales anunció que la reunión del domingo será definitiva. En la semana, oficialistas anticiparon que después se abriría otra instancia de negociación en el congreso para plasmar los acuerdos en normas.
El oficialismo domina la Cámara de Diputado y la oposición el Senado. Ambos han sido actores secundarios en el diálogo, pero la batalla política en el legislativo podría ser decisiva.
En vistas de que no se ha logrado un acuerdo la situación podría complicarse nuevamente, ya que sindicatos campesinos y movimientos afines al gobierno anuncian una marcha desde el 13 de octubre hacia La Paz, para "cercar el congreso" y obligar a la aprobación de un referendo constitucional posiblemente en enero.
La oposición regional y política no respalda el proyecto constitucional aprobado por el oficialismo y sin el grueso de la oposición en diciembre del año pasado lo que ahondó la crisis. El argumento es que ese texto no expresa el sentir de todos los bolivianos.
En las negociaciones han reclamado volver a discutir todo el texto lo que fue rechazado por el gobierno. "No puede ser que una minoría que ha perdido en las ánforas (urnas) quiera bloquear a la mayoría, eso es chantaje", dijo el miércoles el vicepresidente Alvaro García principal negociador del gobierno.
En un encuentro con sindicalistas afines, Morales vaticinó el sábado por la noche que tras la aprobación de la nueva constitución, en junio de 2009 podría haber nuevas elecciones nacionales y otro congreso con mayoría oficialista para "continuar el proceso de cambio".
"Si no me equivoco hermanos y hermanas, el próximo parlamento (congreso) vamos a ser mayoría absoluta", dijo en reunión del Consejo Nacional por el Cambio (Conalcam) que lo respalda.
La batalla política no parece estar centrada ahora tanto en las autonomías cuanto en el proyecto constitucional que propone la reelección presidencial.
La disputa ahondó la polarización en el país y derivó en violentas protestas en cuatro regiones autonomistas en septiembre que han cobrado la vida de 15 personas.
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