La reunión de representantes parlamentarios de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) que tuvo lugar en Cochabamba durante las últimas horas, ha dejado una sensación de desconcierto. Es que mientras por una parte quiso dársele una importancia trascendental, en los hechos pasó como un acto poco relevante, en vista de que no hubo proporción entre las expectativas generadas y el paso dado.
Si algo quedó en evidencia es que el proceso de constitución del Parlamento de la Unasur nació con mal pie. El sólo hecho de que hayan estado presentes los representantes de siete de los doce países miembros, es de por sí elocuente. El dato es aún más revelador si se considera que si bien los pocos asistentes respaldaron las determinaciones adoptadas, dejaron en claro que las mismas debían ser puestas a consideración y avaladas por sus respectivos congresos.
Más sorprendente es que pese a que la creación de Unasur se remonta a la cumbre presidencial de 2004 en Cusco, Perú, hace ya cuatro años, y hace ya cinco meses, en Brasilia, los mandatarios de los doce países suscribieron el Tratado Constitutivo de la Unasur, el mismo que en uno de sus puntos establece la creación del parlamento regional, a la fecha sólo dos congresos (Bolivia y Venezuela) han ratificado el documento.
Con estos antecedentes, no es de extrañar que la reunión de Cochabamba hubiese pasado completamente desapercibida en el resto del continente. Ninguno de los medios de comunicación importantes dio mayor importancia al asunto. Chile fue la excepción, además de los medios oficiales de Cuba y Venezuela, pero fue para hacerse eco de duras críticas hechas por parlamentarios opositores al papel que en Unasur viene jugando la presidenta Bachelet.
El escepticismo sobre la importancia que Unasur puede tener en el futuro continental no es nuevo. Cabe recordar que desde su origen, el año 2004, sobre este organismo cayó la sospecha de haber sido concebido como un instrumento del proyecto expansionista del régimen venezolano en la región y no como un efectivo instrumento de integración económica. Colombia de principio mostró sus pocas simpatías por el proyecto mientras Chile y Brasil optaron por apoyarlo acaso por urgencias relacionadas con sus propios intereses geopolíticos que por una auténtica confianza en su potencial integrador.
Así, el proyecto de Unasur quedó más plasmado en los papeles que en la realidad práctica, hasta que la crisis boliviana y la descarada injerencia de Hugo Chávez en la misma obligaron a los gobiernos de Santiago y Brasilia a buscar afanosamente un papel protagónico con el fin de neutralizar las evidentes intenciones hegemónicas del caudillo venezolano. Hay pues motivos para ver con recelo cuanto ocurre alrededor de Unasur. Tal como van las cosas, más que un serio proyecto de integración regional, parece un escenario en el que se juega el tutelaje sobre un país que es visto por sus vecinos como objeto en disputa. Y Chile, evidentemente, está jugando muy bien sus cartas.
Comentarios. lo sostenido por LT es una confirmación de nuestras propias deducciones ya anticipadas en varios textos. chile y brasil cada uno por su conveniencia vinculada el primero porque bolivia deja de reclamar por el mar mientras mantenga contento a su presidente y el segundo porque bolivia le está vendiendo gas, por debajo de los precios internacionales, con una pérdida descomunal para los intereses bolivianos. unasur no existe todavía formalmente y si ha realizado alguna tarea tiene que ver directamente con un proteccionismo a bolivia y más propiamente al gobierno de morales. claro que existe recelo y falta de seriedad de sus protagonistas que han montado un show para mostrar: a) que unasur existe, b) que tiene un parlamento, c) que tiene el apoyo de los 12 países que suscribieron la iniciativa y d) que unasur apoya a morales y la iniciativa de construír "una ciudadela para la integración".
los días venideros vamos a asistir a un ajuste de cuentas en el seno de los países que acreditaron delegados supuestamente para integrar "el parlamento andino". la idea no es mala, es extraordinaria, pero dista mucho de ser una realidad, por más que bolivia se hubiese preocupado a locas y tontas, de dotarle de un terreno de 200 hectáreas, aeropuesto incluído, para que sea su sede. ni siquiera la delegación chilena, que llegó a última hora tenía mandato, fueron a san benito para observar y como respaldando a la presidenta bachelet, cuyo viaje fue autorizado recién a las nueve de la noche por la cancillería y el parlamento. por lo demás, no podemos recordar que senadores y diputados bolivianos hubiesen ratificado los acuerdos de UNASUR, venezuela sí lo hizo con claras intenciones de utilizarlo como un instrumento político para ejecutar la "nueva correlación de fuerzas en el mundo después de la crisis" lo que todavía no ha sucedido. los tiempos tiene toda la razón cuando señala que lo sucedido en san benito y en el palacio portales de cochabamba pasó desapercibido para el resto del continente. de los presentes seis, tres no tenían carácter oficial excepción claro está de cuba, venezuela y bolivia. qué pena que se hubiera jugado con una ilusión tan grande y tan bonita como ser cochabamba el punto de integración del continente sur. de aquí para adelante se tendrá que trabajar para recuperar la fe perdida y tratar de salvar la iniciativa del presidente lula y de conseguir financiamiento para el proyecto asunto dudoso dada la crisis financiera de las últimas tres semanas a nivel global.
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