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lunes, 27 de octubre de 2008

más parece un ministro o un director que el presidente del poder legislativo. garcía linera rebaja su dignidad y resulta entrometiéndose en todo

La independencia de poderes es base de la democracia
Un fenómeno antidemocrático que no puede ser claramente visualizado por el pueblo, es la intromisión del Vicepresidente de la República en el Poder Ejecutivo. Por efecto de ese error, la capacidad fiscalizadora del Poder Legislativo, prácticamente, ha desaparecido.
Sin duda, la democracia es uno de los sistemas políticos más avanzados.
En más de 300 años, la humanidad no ha podido crear otra forma de organización política de la sociedad. Pero, la democracia, precisamente, por esa su dimensión institucional es mucho más que frases, discursos o manifestaciones formales pomposas. Es un sistema de principios y valores, pero ante todo, de actitudes. Es decir, de respeto a las leyes establecidas y a los compromisos sociales tácitos.
Uno de los avances más importantes de la democracia es la separación de poderes, en la proyección de mecanismos de equilibrio y contrapeso, para que ningún individuo ni corriente política tenga bajo su potestad absoluta legislar, administrar y juzgar. En la etapa anterior a la democracia, dichas funciones estaban concentradas en manos de los monarcas totalitarios, violentos y susceptibles. Semejante piramidación absoluta, felizmente, acabó con las transformaciones maravillosas del Siglo XVIII.A lo largo de la dramática experiencia política nacional, como componente vergonzoso de nuestro atraso, la mayor parte de nuestra historia ha estado sujeta a la voluntad omnímoda de pequeños grupos y, en situaciones extremas, de individuos encumbrados, casi siempre, por la fuerza.
El sector público ha sido utilizado para satisfacer ambiciones de todo tipo, cristalizadas en el dinero, en las armas y en privilegios de diversa naturaleza. La República fue organizada excluyendo a la mayor parte de la población, lo que imposibilitó la implantación de una democracia relativamente genuina. Por esa falla básica del pasado, era imposible un orden racional que permita la participación, en los asuntos públicos, de todos los habitantes del territorio nacional.Y ahora cuando los diques de contención de las mayorías nacionales han sido rotas mediante transformaciones sucesivas desde 1952, y las condiciones están dadas para imponer un sistema democrático relativamente avanzado, las tendencias totalitarias siguen actuando atávicamente.
La conducta del Vicepresidente de la República ha liquidado la separación e independencia de poderes, tal autoridad está, preponderantemente, ejerciendo funciones ejecutivas. Aunque el Presidente de la República no esté ausente, el Segundo Mandatario hace declaraciones, decide, dispone y realiza acciones que corresponden al titular del Poder Ejecutivo. Así genera doble perjuicio a la democracia: disminuye y perturba las facultades del Primer Mandatario, y liquida la capacidad fiscalizadora del Poder Legislativo.Es urgente revisar semejante conducta. La Constitución Política del Estado, aunque no es muy clara, define que el Vicepresidente de la República es cabeza del Congreso, es decir, del poder que legisla y fiscaliza, puede sustituir al Presidente de la República sólo en su ausencia. No es democrático mezclar funciones y atribuirse facultades que no emanen de la ley. (Importante editorial de OPINIóN de Cochabamba.)

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