Un poco tarde, el 9 de julio de 1978, una secretaria advirtió que el fraude a favor de Juan Pereda Asbún estaba atentando contra la aritmética: los votos eran más que los votantes.
La Corte Electoral de entonces inflaba los votos a favor de Pereda conforme crecía el conteo de los votos de Hernán Siles Zuazo. Tanto fueron hinchados los votos del pupilo de Hugo Banzer que se dio ese atentado contra la aritmética.
Fue el acabose del gobierno de Banzer. Lo que no habían podido hacer quienes resistieron a la dictadura lo hizo una calculadora.
Quizá haya que añadir un detalle más. Los precios altos de las materias primas que habían ayudado el gobierno de Banzer, comenzaron a caer y las exportaciones de petróleo se interrumpieron en octubre de ese año.
Ahora, más de 35 años después, las calculadoras están pidiendo la palabra: hay otro caso de más votos que votantes.
Lo ha hecho notar el académico Enrique Velazco, quien comparó el número de votantes con el número de personas en edad de votar en las elecciones del 12 de octubre: hay superávit de votos.
En Tarija, el superávit es de 104,5%, igualito que en el caso de las elecciones de 1978 que provocaron la caída de la dictadura de Banzer. Y en Cochabamba es de 103,4%.
Luis Pedraza, experto en estadísticas de elecciones, dice que siempre el ausentismo en Bolivia es de 10%, pero ni siquiera eso se dio esta vez. De lo que él deduce que, en realidad, el fraude, la inflación de votos en Tarija fue de 14% y en Cochabamba de 13%. Y en el país entero, de 15%.
En una mesa de Tarija fueron registrados 17.000 votos y otra en Cochabamba contenía los votos de una circunscripción especial, de indígenas, votos que fueron contabilizados y registrados antes de que se abriera el ánfora.
Los observadores de la OEA se fueron, los de Unasur creen que esto es normal, porque se da en sus países.
Igual que en 1978, los precios inflados de las materias primas de exportación están cayendo ahora. Banzer también había creado bonos con los excedentes y también había reprimido. Los exiliados no eran tantos como los de ahora.
Ah, y también había mandado a construir un edificio en el centro de La Paz, sólo por soberbia.