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domingo, 23 de abril de 2017

Willy Camacho escribe sobre "la bravocunada del vice" que se considera muy macho y desafía a los líderes de la oposición a debatir con él, sobre todos los temas. dos temas ocupan a las personalidades firmantes La Unidad y la Democracia, no les falta humor a Willy para matizar su texto.

Hace poco más de una semana, exjefes de Estado y líderes opositores se reunieron para emitir un pronunciamiento conjunto, en el que, entre otros aspectos, expresan su rechazo a la persecución contra políticos que no son afines al MAS. Además, demandan que se respete el resultado del referendo del 21 de febrero, en el que  la mayoría de la población se opuso a una nueva postulación consecutiva del presidente Evo Morales.

El documento fue suscrito por los expresidentes Carlos Mesa y Jorge Quiroga; el exvicepresidente Víctor Hugo Cárdenas; el jefe de Unidad Nacional, Samuel Doria Medina; el jefe del Movimiento Demócrata Social, Rubén Costas; y el de Soberanía y Libertad, Luis Revilla. 

Es decir, por primera vez se produjo un acercamiento entre líderes opositores para expresar una posición común respecto a las acciones del gobierno del presidente Morales, lo cual, obviamente, ha generado reacciones en las filas oficialistas.

Para empezar, el diputado Javier Zavaleta arremetió contra Carlos Mesa, a quien le "aconsejó” renunciar a la vocería de la demanda marítima, ya que, según él, Mesa estaría en un afán electoralista y adelantando su posible candidatura. Como de costumbre,  los masistas confunden gobierno con Estado, pues Zavaleta cree que si el señor Mesa critica al Gobierno está atentando contra el Estado y, por lo tanto, debe alejarse de la vocería. 

 Sin embargo,  no toma en cuenta que tanto Mesa como otros exmandatarios han manifestado públicamente su respaldo a las acciones legales emprendidas por el Estado boliviano en lo concerniente al tema de nuestro enclaustramiento marítimo, pese a las profundas diferencias políticas internas que sostienen con el Gobierno nacional.

Por otra parte, resulta gracioso,  por decirlo de algún modo, que Zavaleta, quien se hizo famoso por un hecho de transfugio, pretenda dar consejos de cualquier tipo a un exmandatario de la talla de Carlos Mesa, que, pese a todos sus defectos, ha mantenido un conducta intachable y compromiso indiscutible con el país.

Ni qué decir sobre los dichos de otros oficialistas, como los del diputado Montaño, que al parecer ha descubierto la forma de volver de entre los muertos, pues sin la menor duda ha afirmado que está dispuesto a ofrendar nuevamente su vida para defender el proceso de cambio. Claro, no ha explicado cómo se puede ofrendar la vida dos veces ni tampoco por qué está dramatizando tanto ante un sencillo comunicado de líderes opositores, quienes, por lo demás, y según las declaraciones del oficialismo, no tienen plan de país ni propuestas sólidas. 

Entonces, ¿por qué se ha revuelto el avispero con un primer acercamiento de la oposición?
Sospecho que, pese al ninguneo general del MAS, el comunicado de los opositores sí les preocupa bastante, pues si el acercamiento va avanzando, puede concretarse en una acción electoral que representaría un gran dolor de cabeza para el candidato oficialista, incluso si éste vuelve a ser don Evo Morales. 

Por eso, y antes de que las cosas crezcan, el vicepresidente Álvaro García Linera retó a los seis firmantes a debatir sobre cualquier cuestión, concediéndoles la ventaja de que él estaría solo contra todos. Y como don Tuto Quiroga aceptó el reto, la ventaja se convirtió en condición: el Vice aclaró que debatiría con los seis al mismo tiempo, no uno por uno, para que después no le puedan decir que es un abusivo. O sea, o están los seis o no hay debate.

Bueno, nadie le dirá abusivo, pero seguramente sí se le puede calificar de bravucón, y no faltará quien lo acuse de cobardía. Me quedo con lo primero, pues don Álvaro quiere demostrar que es todo un machote, capaz de sopapearse con los seis capos del frente y salir victorioso. 

No vacila en asegurar que puede discutirles sobre cualquier tema, dando a entender que posee inteligencia y conocimientos privilegiados, infinitamente superiores a los de sus rivales.
 
Bravuconería, ni más ni menos.

Es que los bravucones están de moda en el mundo. Trump ordena que se detone "la madre de todas las bombas”, para demostrar que puede bombardear el país que le dé la gana sin pedir permiso a nadie. Luego, su colega ruso, Vladimir Putin, decide no quedarse atrás y dice que él podría usar "el padre de todas las bombas”. Y el sociópata norcoreano saca a las calles su poderío bélico, insinuando que no se arruga ante nadie. Lógicamente, él no tiene por qué arrugarse, pues, en definitiva, si se llega a la guerra, quienes combatirán serán otros, nunca los líderes, nunca los bravucones que azuzan las pasiones populares.

De similar modo procede don Álvaro, dándoselas de machote, de gallito pisador, pero, a diferencia de los tristemente célebres líderes de EEUU, Rusia y Corea del Norte, García Linera se queda en la bravuconada oral y deja en evidencia que no pretende llegar a nada más que eso. 

Imagino que conoce sus propios límites, y debatir sobre especialidades distintas con personas que no son piojos tuertos podría resultar contraproducente para su imagen, que es, además, la única con nivel intelectual dentro del equipo masista.

En tal sentido, el comunicado de los líderes opositores no sólo ha traído la moda de los bravucones a Bolivia, sino que también ha despertado temores que el MAS no sentía hace más de una década.

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