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martes, 8 de mayo de 2012

llegar a la dramática conclusión que "no hay gas para Jindal" y por tanto posponer la producción del hierro del Mutún, es otro gran fracaso del MAS. Humberto Vacaflor



Cinco años después de haber traído a la Jindal Steel & Power a Bolivia, el gobierno no sabe cómo deshacerse de este testigo incómodo que ha venido a poner en evidencia que no hay gas natural para el desarrollo de Bolivia.

En las últimas horas parece haber descubierto la fórmula para eliminar al testigo: la ruptura del contrato “por incumplimiento” de parte de la Jindal.

Lo que le pasó a esta empresa podría servir como escarmiento para todas las empresas que quisieran venir a invertir en Bolivia.

Tres años demoró el gobierno en cumplir, sólo en una mínima parte, su compromiso de entregar los terrenos donde la empresa debía operar para ejecutar el proyecto siderúrgico.

Llegó un momento en que un funcionario de Jindal preguntó al gobierno si quería que la planta siderurgia la instale en la punta del cerro, o en el aire.

Resuelto, en parte, ese detalle (en el camino quedaron dos ministros de minería cambiados y un gerente de la empresa estatal acusado de corrupto por el propio gobierno), la empresa comenzó a construir las instalaciones y traer los equipos.

Fue cuando el gobierno descubrió el peligro: la empresa iba a necesitar gas natural, un combustible que está destinado sólo a la exportación.

Había que ahuyentar a este testigo. Se ejecutó una boleta de garantía con el argumento de que era la empresa la que estaba incumpliendo. La idea era que decidiera hacer maletas e irse.

Desde entonces el forcejeo se ha hecho intenso. Ministros van, ministros vienen y todos ellos dicen que la Jindal tendría que irse.

¡No hay gas, señores!

La semana pasada la empresa dio una explicación clara: para el cronograma de avance que está incluido en el contrato, necesitaría en el año 2014 por lo menos 4,5 millones m3/d de gas, y que en 2015 requeriría 5 millones.

En vista de que YPFB le hizo decir que en 2014 sólo podía asegurarle (¿?) 2,5 millones, la empresa dijo que, entonces, sería preciso modificar el plan de avance del proyecto, limitándolo a las menores disponibilidades de gas. Ahora está a punto de romperse el contrato.

La solución sería que la empresa use carbón vegetal, como el que Bolivia sigue exportando en volúmenes que nadie controla, hacia Chile, Perú y Brasil

A falta de gas, buenos son los bosques del país.

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