invocación a la Policia como Institución
invocación a los policías demócratas
invocación a policías pensantes
Mauricio Aira
“Considerando que el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad, y que se ha proclamado, como la aspiración más elevada del hombre, el advenimiento de un mundo en que los seres humanos, liberados del temor y de la miseria, disfruten de la libertad de palabra y de la libertad de creencias; esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión (.)”.
Editor: Aquí radica el meollo del asunto. Que el Estado actúe de tal modo, que respetando los DDHH no obligue a la rebelión contra la tiranía y la opresión, porque el ciudadano tiene derecho a proclamarse rebelde cuando la tiranía es tal y la operesión abruma que se abusa del pueblo y de su aparente "sumisión al caudillaje".
En algún rincón de la mentalidad evista está escrito "los DDHH son subversivos" y podríamos repetirlo que sí, cuando el poder abusa, muestra la injusticia entonces sucede "el transtorno, la destrucción, la caida de un sistema sostenido sobre pilares falsos. sucede nada menos que la rebelión, la subversión o si se quiere la sedición". Corresponderá entonces ponerse bajo la proyección del informe sobre los DDHH emitido hace pocos días por el Defensor del Pueblo.
Resulta lapidario para el Gobierno de Evo Morales: "la violencia se ha intensificado y extendido, alimentada por la impunidad, la debacle del sistema judicial tolerada en forma pasiva por los ciudadanos", como escribiera Jimmy Ortiz "sin Derechos Humanos no existe Democracia", concluiríamos nosotros "se camina a la dictadura".
Ahora bien. Invocar a la Policía como Institución, ahora que tiene un nuevo comandante y un nuevo Estado Mayor. Basta ya de poner sobre las espaldas de la Institución toda la carga de la represión. No es justo que toda la maldad de un régimen la tenga que ejecutar el Cuerpo de Policías y Carabineros. No se trata de ningún presagio, de ningún lamento agorero, sino de una realidad. La Institución está en deuda con Bolivia, con el pueblo entero, porque los Gobiernos de toda laya le encomiendan "lavar los trapos sucios, ejecutar las más bajas tareas de represalia, persecusión y crimen, todo lo que conocemos por guerra sucia" son los policías los ejecutores para que los militares, los políticos, los empresarios puedan vivir sin sobresaltos.
Se ha dado en otras latitudes. Cuando los males han sido tantos y tan crueles, se ha hecho una pausa, como en el sacramento de la confesión, propósito de enmienda sigue al dolor de corazón, quién puede dudar en este momento de la culpa cometida por la Institución, por un comandante y otro, ninguno de ellos ha tenido la valentía de decir: hagamos un alto en el camino, examen de conciencia, cuántas muertes hemos causado de manera involuntaria, por obedecer ciegamente a los del Ministerio del Interior, al Presidente. Cuántos heridos, cuántos torturados, cuántos dañados física o síquicamente para toda la vida. Perdón. Estamos arrepentidos. Dolor de Corazón. No lo volveremos a hacer, que nos negaremos a cumplir órdenes crueles, pondremos toda nuestra sapiencia y voluntad en evitar la violencia y haremos uso de la fuerza, sólo en casos extremos, evitando males mayores que pudieran conducir a la pérdida de vidas humanas. Propósito de Enmienda, sí, nunca maás. Estamos arrepentidos, pero también estamos llanos a parar la mano del violento, del que viene con intenciones de cegar vidas, de matar, y si bien tenemos el privilegio de usar de la violencia en defensa propia y en defensa de la sociedad, JAMÁS ABUSAREMOS DE ELLA.
EL poder, el mandamás, tiene que saberlo a partir de ahora, ninguna vida humana pesará sobre Policías y Carabineros. Si bien nos negaremos a ser carne de cañón, o sea servir de provocación o de conejillos de indias, de experimentación, también proclamaremos la firmeza de nuestra vocación de conseguir el orden, con el ejemplo, con la autodisciplina, con la obediencia a nuestros superiores, que deben saber a partir de ahora, que no pueden mandar a la tropa a matar, a reprimir a los inocentes, a los desarmados, a las mujeres, a los ancianos, a los niños.
Lo más doloroso y dramático es comprobar que mientras el carabinero es lanzado a la calle, los que detentan el poder, políticos y militares están bien protegidos detrás de bambalinas, de barricadas, de muros levantados con la sangre y el sudor de los carabineros. Sólo cuando el pueblo sepa, que también los carabineros somos explotados, abusados, empleados en tareas de la pura sustentación del poder, el pueblo respetará al carabinero.
Nuestra invocación concluye. Ahora dirigida al nuevo liderazgo de la policía. Absténgase de la declaración fácil, de hacer coro a Ministros y Presidente cuando defienden sus privilegios frente a los demás, respuestas del coro oficial, dándole siempre la razón al poderoso. Es mejor callar, que mentir. Mejor pasar por ignorante o desinformado que por comedido y atropellador. No meterse en líos de la Justicia, ni servir a Jueces y Fiscales que están cumpliendo consignas foráneas atropellando a inocentes e indefensos. Que sepa el pueblo que tiene en el Carabinero, en el Policía, el mejor aliado, el mejor Defensor de sus Derechos.
Así invocando el debido respeto al policía contrito, a la nueva clase policial, podremos sepultar el pasado. Olvidar la ofensa y marchar por un sendero de limpieza, de Justicia, de reencuentro! Todo para evitar la Dictadura Evista!.
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