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miércoles, 20 de enero de 2016

mente brillante la de Claudio Ferrufino, "el trono de cana hueca se deshace, no puede soportar el peso engordado de la piara gobernante". Claudio mencion a las hojas de coca, a narcochachilas, narcoamautas y al insano perturbador y peor profeta Choquehuanca, a Correa y Maduro sin nombrarlo. Recrean sus letras e ilustran..

Cuando lo pensaron las “brillantes” y pecaminosas mentes del Movimiento Al Socialismo, todavía el aura de santidad y eterno que pintan en sus íconos (hoy selfis) los falsos comunistas, brillaba. Poco tiempo ha pasado desde entonces y mucha agua. El trono de carrizo (más conocido entre nosotros como caña hueca), se deshace, ya no soporta el peso engordado de la piara gobernante.
Pero persisten. Dicen las hojas de coca, los narcoachachilas y los narcoamautas, que asoma el Pachakuti; no en vano el incansable Choquehuanca, insano perturbador y peor profeta, se ha declarado descendiente directo de los incas. Su convencionalismo fascistoide lo hace ver todo en rígidos monoblocks donde no penetra el análisis. Para él lo “indio”, lo “aymara”, lo “inca”, es lo mismo. ¿Para qué entretenerse con la historia si se habita en medio de un pueblo adicto a los bufones? Poco se necesita en Bolivia para coronarse; menos en Coquivia, parnaso en que nos convertimos y donde la ficción devoró la realidad. Retomo a Isherwood en su viaje sudamericano y lo mal parafraseo en aquello de que en esta región del mundo, acólita de los mandones, poco cuesta volverse loco.
La coca se equivocó, cayó volcada. El Pachakuti que quizá asome no es el suyo, el de estos. El tiempo de los embaucadores termina. Comenzará el de otros, léase Mesa y etcéteras, con su cohorte de intelectuales lacayos como suele ser regla. La nación acéfala busca una cabeza que no existe. Comenzamos con Bolívar en un estatus irreal y continuamos así. La retórica ni basta ni alcanza.
Recuerdo la película chilena NO. Presumo que los estudiosos del movimiento social-político adscritos a esta opción la han visto y visto otra vez para ubicar estrategias posibles en un medio distinto. Creo que de acuerdo a nuestra idiosincrasia ello no se hará ni ninguna otra cosa que signifique esfuerzo. Amamos lo improvisado pero no con la cualidad del jazz sino de la mediocridad absoluta. Si de algo carecemos es de imaginación, que poco tiene que ver con alucinación, y dejamos gran parte al azar o al dedo omnipotente de cualquier villano. Pobrecitos, indiecitos, explotados e incomprendidos. Cuando terminemos con la lástima de y por nosotros mismos podremos avanzar. Eso equivale a arrojar al cubo de desperdicios los quinientos años de expolio y anteriores aberraciones que precedieron a los bárbaros/barbados. Cuesta.
El de Ecuador, Correa, se ha dado cuenta y retrocede en sus intenciones de eternidad. Promete ¿Amenaza? con retornar. Sabe que otro de los determinantes históricos de la América Latina es la ausencia de memoria. A Evo Morales le convendría un poco de luz y dar un paso atrás para dos adelante después. Pero, igual al caso venezolano, la corruptela ha llegado a tal nivel que recular sería como tirarse en manos de la justicia, la de aquí o la del norte, y eso lo hace imposible, así se descalabren contra un muro de piedra. Su referendo es SÍ o SÍ; no tiene escapatoria. Hay que comprar tiempo, a ver si los dioses andinos, que poco hicieron para impedir que se correteara con casi nada a sus pueblos, actúan y expelen un hechizo sobre la razón y la lógica.
Obsoleto, carente de sentido. Digan lo que digan los “movimientos sociales” o blandan el machete por encima de las ciudades los cocaleros. Su mandato se acabó, al menos por la temporada. De nada sirve lamentarse, llorar, criticar y culpar al otro. Los que acepten las reglas del juego, por insufribles y defectuosas que sean, que se queden. Los delincuentes, si bien no se asegura su castigo, mejor escóndanse aunque se les sugeriría el suicidio. Sin embargo, nada es perfecto.

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