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sábado, 5 de septiembre de 2009

brillante artículo de Alfonso Gumucio que hará gemir a los masistas convertidos en militaristas dejando su izquierdismo para las calendas griegas. ojo

Noticias en días pasados nos informan que el gobierno boliviano se dispone a comprar seis aviones militares de combate, y un avión ejecutivo de “clase A” para el presidente. ¿Por qué será que los gobiernos progresistas y socialistas de América Latina se empeñan tanto en fortalecer a las Fuerzas Armadas? ¿Dónde quedó el espíritu antimilitarista de la izquierda? ¿Y dónde la modestia y la humildad del presidente sindicalista de origen indígena? (tal como aparece en Bolpress)

No deja de sorprender el entusiasmo militarista de gobiernos como el de Lula, Bachelet o Evo Morales, que destacan por su apego a los militares que antes combatían. Hoy, en cambio, los llenan de privilegios y regalos: armas sofisticadas, aviones de guerra, etc. ¿Contra quien están pensando hacer una guerrita? Ya desde su cargo como Ministra de Defensa, la Bachelet hizo crecer a las Fuerzas Armadas de Chile con más dedicación que sus predecesores militares. Como presidenta ha seguido haciendo lo mismo. Lo mismo Lula, y no digamos Chávez, el cabecilla militar por excelencia. La vocación pacifista de los líderes progresistas brilla por su ausencia. ¿Será que estos presidentes piensan que así mantienen a los militares en los cuarteles, alejados de la política? ¿O será que tienen planes de atacar a países que no están en la carrera armamentista?

Los aviones de combate que planea comprar el gobierno boliviano son los Super Tucano producidos por Embraer en Brasil. Se prevé la compra de 6 aviones "para empezar". Son aviones de guerra, de ataque. ¿Sobre quien lanzarán sus bombas? ¿Quiénes serán las víctimas? Quién hubiera soñado que Evo Morales se convertiría en un defensor acérrimo de los militares que tanto daño le hicieron a Bolivia.

"Eso no quiere decir que somos armamentistas" dice sin sonrojarse el Ministro de Defensa de Bolivia; y ante la inquietud del gobierno de Paraguay, añade: "Se va a explicar -a UNASUR- cuáles son los motivos por los que Bolivia está repotenciando (sic) parte de sus equipos militares, que en ningún caso significa una amenaza al vecino país". ¿A cual vecino país? ¿Perú? ¿Cual puede ser esa explicación? Nos morimos de ganas de conocer cómo se puede justificar la compra de aviones de combate y armamento, cuando con la misma boca se dice que no hay la intención de atacar a un país vecino. ¿Planea Evo Morales un ataque a un país "no-vecino", por ejemplo Estados Unidos o Colombia?

No habría que perder de vista, además, que en estas compras millonarias puede haber corrupción. ¿Quién se ocupará de certificar que las transacciones se hacen de manera transparente y sin coimas? Este gobierno ha eliminado todas las medidas de control que antes existían, lo cual significa que tiene las manos libres para hacer contratos sin supervisión.

En cuanto al avión ejecutivo que quiere comprar Evo para su uso personal como presidente, se ha mencionado un Embraer Legacy 600, con capacidad para 12 pasajeros, que caben a sus anchas en cómodos sillones. El avión tiene una sección con una cama presidencial, otra con una sala de reuniones y otra para los acompañantes y personal de seguridad. Es el más barato de los tres que ofrece Brasil, si podemos creer que "barato" son 20 a 30 millones de dólares.

Evo, como ningún otro presidente boliviano anterior, ha viajado en aviones y helicópteros venezolanos durante los tres primeros años de su mandato. La generosidad de Hugo Chávez, obviamente, tiene sus límites, además de que no existe regalo que no se vaya a cobrar políticamente en algún momento.

Evo Morales ha usado pocas veces el avión presidencial boliviano, uno pequeño, que usaron los presidentes anteriores (salvo Goni que prefería usar su propio avión empresarial, un poquito más cómodo). Carlos Mesa viajó a varios países latinoamericanos en ese minúsculo avión que no tenía ni siquiera baño, ni espacio para poner el equipaje, y donde el presidente tenía que doblarse en dos para entrar. Al regresar de un viaje a Guatemala en enero del 2004, el avión tuvo que hacer un aterrizaje de emergencia en Panamá, porque una de las ventanillas de la cabina del piloto se quebró.

Aún a pesar de todo lo anterior, Mesa nunca tuvo la osadía de sugerir la compra de un nuevo avión, porque Evo Morales habría sido el primero en lanzar el grito al cielo, y probablemente hubiera organizado un bloqueo en El Alto. En su papel de furibundo opositor a todos los gobiernos anteriores, habría denunciado "el uso de recursos del Estado para la compra de un avión de lujo para el presidente neoliberal".

No me parece mal que la Presidencia de la República disponga de un avión digno, pero me llama la atención las vueltas que da la historia y las paradojas que encierra. Es increíble cómo cambian las percepciones y las actitudes con el paso de unos pocos años. Si cualquier otro mandatario anterior (llámese Goni, Tuto, Mesa o Rodríguez) hubiera mencionado la peregrina idea de dotar a la presidencia de un avión ejecutivo más cómodo, le hubiera llovido palo hasta debajo de la lengua, no solamente de parte de Evo sino de todos los medios de información, que hoy parecen domesticados por la agresividad presidencial. Ahora que lo anuncia el gobierno de Evo, nadie dice nada, es normal. Un par de gritos presidenciales, y no hay escándalo. Todos bajan la cabeza.

Ya conocemos que el señor presidente es un caso patológico de contradicciones consigo mismo. Cuando inició su mandato dijo que no ocuparía la mansión presidencial que hizo construir el dictador Hugo Bánzer, y que permanecería en su humilde casa (como lo hizo Carlos Mesa durante todo su periodo), pero al poco tiempo ya estaba bien instalado en San Jorge con su íntimo amigo Santos Ramírez (que ahora tiene su morada en la Cárcel de San Pedro). La fingida humildad del presidente no es tal, y el hecho de no usar corbata ni traje occidental no significa que ande vestido en ropas corrientes, sino en los diseños exclusivos de Beatriz Canedo.

Bolivia es un país de paradojas, que lamentablemente no se notan debido a la desmemoria de los bolivianos. Sería un ejercicio estimulante revisar los diarios de años anteriores, para constatar la enorme diferencia entre lo que decían los dirigentes políticos antes y lo que dicen y hacen ahora. Cambia el discurso, y cambian las actitudes. La toma del poder corrompe las ideas y la ética. Alguien debería escribir una columna o un libro: "Dichos y hechos (de ayer y de hoy), de Evo Morales", para recordar a los bolivianos lo que el presidente dijo e hizo hace años, y lo que hace y dice hoy.

1 comentario:

Unknown dijo...

HAY QUE TENER HUEVOS GRANDES PARA DECIR TODO ESTO , FELICIDADES Y MI APOYO PARA SEGUIR HACIENDO ESTE TIPO DE COMENTARIOS.
VICTOR W. MARTINEZ CUBA
ALBACETE ESPAÑA
25.DIC.2009