La Constitución “de todos” está comenzando a “dar frutos”. El texto aprobado con levantamanos del partido de gobierno y por los integrantes de un estamento de políticos de Podemos y UN que con mucho mérito engrosaron las filas de los acólitos funcionales al Estado Plurinacional y sepultureros de la República tiene, desde su corta vida post republicana, varios episodios que lo sitúan como el “instrumento jurídico” que por pernicioso, es aciago para el país.
La libre determinación que colinda con el libre albedrío a la hora de establecer niveles de competencia, será uno de los aspectos que contribuirá, en determinado momento, a la autodestrucción del Estado Plurinacional. Pasará, con seguridad, tiempo para que aquello acontezca, mientras tanto, la consecuencia fatídica de haber impuesto una Carta Fundamental del corte de la que fue aprobada, será incalculable. Y bien vale la pena recordar que estamos así gracias al ilegal “Congreso Constituyente” que atribuyéndose facultades y competencias jamás autorizadas, camuflaron una Constitución --la prohijada en Oruro-- con el apoyo de Podemos y UN.
Éstos últimos organizaron, incluso, eventos donde explicaron las bondades del texto constitucional promulgado en febrero de este año. Hablaban del nacimiento (creo que en ese entonces no tenían la más peregrina idea de lo que era la República y la gravedad de su desaparición) de un nuevo país donde emergía la figura de las diversas nacionalidades para desechar la boliviana como nexo articulador de lo que fue la República de Bolivia a tiempo de su fundación. La CPE legada hoy, vigente hoy, da frutos, origina muertes, otorga libertades ilimitadas para tomar tierras, afectar territorios (ahora indígenas, como se sabe) y para generar una ausencia de identidad nacional que unifique antes que desuna.
Por eso anoto y anoto bien, cuando hago referencia a que si pasamos de la República al Estado Plurinacional, será éste último el que se auto destruya por la incoherencia e inviabilidad de su formulación. Ese proceso de autodestrucción ya está en marcha y más allá de que pueda durar años, operará de tal forma la negación a los postulados que hoy recoge el texto constitucional, que la práctica y el intento de aplicabilidad nos enseñarán que sin República no podemos funcionar.
Darán la razón a los que salieron en defensa de ella, castigarán con el repudio público a quienes fueron capaces de destruirla para dar cabida a un Estado que tal como ha sido concebido, es inviable en términos de sostenibilidad en el tiempo. Sólo repare en los enfrentamientos que de forma violenta se han producido los últimos días entre indígenas y cocaleros en el Territorio Indígena del Parque Nacional Isiboro – Sécure. Siendo Evo actual Presidente de las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba, no ha podido detener lo que el Estado Plurinacional trae inmerso como concepción: la premisa de que la libre determinación y el autogobierno, al amparo de 36 nacionalidades, dan vía libre a desconocer al Estado como ente Republicano y a sus postulados. Valen más las demagógicas libertades concedidas y los falsos axiomas esgrimidos, que la coherencia normativa que exigía y exige, como en cualquier país del mundo, una CPE pensada para todos y por todos.
Ésta, la vigente, fue urdida – y no me cansaré de decirlo --- por el MAS en la nomenclatura que la dirige y por sus aliados de Podemos y UN en sus alas occidentales.
Son los responsables. Sirve otro ejemplo. La Constitución obliga a la consulta previa para la aprobación de proyectos en rubros vinculados a los recursos naturales por parte de los pueblos indígena originario campesinos, lo que ha dado curso a que YPFB, ¡sí, YPFB!, denuncie impedimento para desarrollar su trabajo.
A título de la defensa de los derechos indígenas, se ha colocado al resto de los ciudadanos bolivianos y a sus habitantes en un estado de indefensión porque resulta que, sino media la aceptación de los comunarios de determinada zona indígena, es imposible encarar trabajos de prospección de recursos naturales que, como en cualquier lugar del planeta, genera ingresos para el Estado que benefician indudablemente a todos. Hoy, la Nueva Constitución fruto de este descalabro, ha generado su primera víctima: el Presidente del Estado Plurinacional.
Evo ha sido acusado de traidor por no defender los derechos de los pueblos originarios amazónicos que dice, estarían siendo pisoteados por los trabajos que está encarando en el norte del departamento de La Paz la empresa YPFB Petroandina, la denunciante y estrella de la estatización de las acciones de los bolivianos en las empresas capitalizadas. Así están las cosas “compañeros”. Estamos en el inicio del proceso de descomposición del Estado Plurinacional.
Pasarán años hasta que ese proceso termine por efecto de sus propios errores. Nada podrá detener el avance del virus estructural que forma el esqueleto ideológico de la NCPE. Nada. Sus autores serán sus primeras víctimas. Los bolivianos, que soportaremos las consecuencias del día a día, seremos parte del descalabro, esa la tragedia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario