En el tiempo de las dictaduras militares que muchos de nosotros hemos sufrido, era natural que el mandamás de turno acaparara todo el poder posible, se bañara de poder, se regodeara todos los días y a toda hora de poder y más poder.
Pero de repente, como por arte de magia, con el advenimiento de la bendita democracia, a partir de 1982, como que las cosas fueron tomando un nuevo estilacho. De una u otra forma, los tres poderes del Estado fueron adquiriendo su propia fisonomía, diferenciándose, en esencia, unos de otros, en una especie de malabarísticos equilibrios, jamás del todo entendidos. Entonces llegaron los excesos, claro que sí, propios de los melancólicos trasnochados que soñaban con retrotraer el tiempo y las aguas. Se firmaron pactos y acuerdos como resultado de la misma gimnasia democrática, pero en todos los casos, se impuso, a la fuerza, el partido de turno, se armaron matrimonios satánicos con el sólo fin de ejercer el poder, se rompieron esquemas y se pisotearon conciencias. Se creó la figura de la “democracia pactada”, como la pócima sagrada que todo lo cura y todo lo puede. Se corrompió el espíritu de la separación de poderes, manipulando a las masas y tensionando a las fuerzas políticas.
Fue entonces que apareció el MAS como el salvador de una democracia desfalleciente, casi moribunda, la quinta esencia del nuevo amanecer, la respuesta al “empute” generalizado, el sanasana ideal para un proceso podrido. Así ganó el MAS todas las elecciones en las que ha terciado, como el salvador, el impoluto, el mas-mejor.
Macana Juana, pistola Lola. El MAS ha ido rompiendo, poco a poco, ese pacto angelical que lo blindaba contra las acechanzas del demonio, ahora quiere llenarse de poder, convertirse en omnipotente, perpetuarse for ever and ever, y para el efecto no se le ha ocurrido mejor camino que el que le enseñaron sus antecesores, el cuoteo y el cuateo, el avasallamiento de los tres poderes, la toma a mansalva del ministerio público, el copamiento de las fuerzas armadas, a decir verdad, sólo le falta la iglesia y una buena parte de los medios.
Lo que no sabe el MAS es que un oscuro anatema anda pidiendo cuentas: el que acapara acaparando, por acaparador termina llorando.
bolivia es una nación libre, independiente que jamás ha tolerado la dictadura. los intentos de establecerse de tiranos como melgarejo, bánzer, garcía meza terminaron en la derrota total de tal modo que el nuevo intento de colocar una dictadura revestida de populismo y "democracia" está también condenado a la derrota.
Vistas de página en total
miércoles, 27 de julio de 2011
domingo, 24 de julio de 2011
los corderos somos todos los bolivianos. el matadero es el sitio al que pretende arrinconarnos el MAS en una más de sus jugadas políticas para mantenerse en el poder. estamos en una encrucijada (C. Mesa en LT)
A veces me pregunto a dónde nos conduce esta rueda llena de trampas en la que giramos desde 2006. Con una habilidad que hay que destacar, el Gobierno nos coloca siempre entre la espada y la pared, genera falsos dilemas y disyuntivas existenciales que distraen nuestra atención por un tiempo, para acabar siempre llevando --hasta ahora con éxito-- el agua a su molino.
Podríamos mencionar muchos casos, porque los hay en la ronda de elecciones a las que Bolivia se ha sometido desde diciembre de 2005, pero el más ilustrativo de ellos fue el Referendo sobre la Constitución. Entonces, los bolivianos fuimos a decirle si o no a una Constitución chuta. Sí, chuta. Todos sabíamos que era así. Pocas veces en la historia moderna se ha desarrollado un texto constitucional rompiendo toda regla, todo principio moral, toda forma por tenue que haya sido y todo fondo por fundamental que de hecho fue. Una Constitución manchada con la sangre de compatriotas, jamás discutida (ni uno sólo de los 411 artículos que la componen) en el plenario de la Asamblea elegida inútilmente por voto popular, redactada por un hasta ahora desconocido grupo de ideólogos escogidos y apañados por el Gobierno, aprobada dos veces (en grande y en detalle) de forma ilegal y atrabiliaria, modificada descaradamente en su camino de Oruro al Palacio de Gobierno en diciembre de 2007, modificada al arbitrio por el Congreso después de un baño de sangre (del que Gobierno y oposición fueron protagonistas y responsables en sus diversas y terribles etapas en el periodo septiembre-octubre 2008), firmando un acuerdo ilegal entre oficialismo y oposición para viabilizar su texto de cara al Referendo. Ese texto digno de una obra de André Breton es el que los corderitos bolivianos votamos en enero de 2009. Ese texto es la Ley de Leyes de Bolivia, es el fallido pacto social que nos rige y una parte de esos corderitos (ni mucho menos todos), incluidos los que promovimos y votamos un categórico no en el mencionado Referendo, aceptamos ese insólito texto como nuestra máxima norma jurídica e intentamos cumplirlo y someternos a él, confirmando por encima de cualquier otra consideración nuestro espíritu genuinamente democrático –o nuestra inmensa ingenuidad, según se mire-, a pesar de que tenemos una montaña de razones para demostrar que desde el primero hasta el último día del proceso de su concepción, redacción y promulgación, lo último que se respetó fueron las reglas de la democracia.
Ahora estamos de nuevo enzarzados en la misma trampa. Todos sabemos, empezando por el Gobierno que la promueve, que esta elección del nuevo Poder Judicial será chuta. Sí, chuta. Pero igual, imbuidos de un insobornable espíritu republicano, iremos al matadero “porque no hay otra opción”.
El Gobierno ganó la primera discusión, la conceptual, al haber incorporado en la Constitución el mecanismo de voto popular, lo que impidió el debate sobre el sentido profundo de llevar a elección por sufragio universal el Tribunal Supremo de Justicia, el Tribunal Constitucional Plurinacional y por si fuera poco ¡el Consejo de la Judicatura y el Tribunal Agroambiental!
Ganó la segunda, incorporando también en la mentada Carta Magna el filtro previo de la Asamblea Legislativa para la selección de candidatos.
Ganó la tercera, al hacer la descarada selección de esos candidatos de modo autoritario, arbitrario, partidista y lo que es más vergonzoso, mostrando al país y a los observadores internacionales, la absoluta falta de capacidad de los asambleistas de la Comisión pertinente para valorar los méritos de los postulantes, y la absoluta falta de capacidad de la mayoría de esos postulantes para demostrar que tienen la idoneidad requerida para ejercer tan altas responsabilidades.
Ganó la cuarta, después de una cantidad inenarrable de absurdos en las restricciones para llevar adelante la votación dentro del elemental marco democrático del derecho a elegir, es decir, optar con conocimiento de causa por aquellos que el votante cree más capacitados para ocupar los cargos en cuestión, hace la concesión graciosa de permitir ejercer unos pocos de todos los derechos democráticos que toda elección demanda, no sin dejar flotando la amenaza a quienes promuevan un determinado tipo de voto, el nulo, por ejemplo.
Ganó, en suma, lo más importante, garantizar el ropaje que ratificará la legalidad (y a la vuelta de muy poco tiempo la legitimidad) del proceso electoral en sí y el resultado que este arroje una vez se proceda a llevar a cabo la elección.
La apuesta de la oposición es combatir al Gobierno en el terreno del Gobierno, en su cancha, con sus reglas, con sus jugadores y con su árbitro.
Una vez más, los corderos debemos ir al matadero porque si no lo hacemos demostraremos dos cosas de acuerdo a la lectura y admonición de los detentadores del poder omnímodo. 1. Que lo que queremos es preservar el viejo y podrido orden “neoliberal”. 2. Que nuestro objetivo es oponernos a las transformaciones en pro de una justicia para todos que el país (el país tal como ellos lo conciben) demanda.
Para empezar, tengamos claro que es esto y no otra cosa lo que quieren hacer con nosotros.
El autor fue Presidente de la República
El autor fue Presidente de la República
lunes, 18 de julio de 2011
la comunidad judía más grande ha vuelto a protestar contra Evo Morales "decir que no sabían quién era es inaceptable" lo cierto es que paseó de la mano ensangrentada del iraní y sus disculpas no tienen asidero. (LTD)
La comunidad judía de Argentina reclamó hoy a la presidenta Cristina Fernández el esclarecimiento del atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), del que se cumplen 17 años, y volvió a criticar al presidente Evo Morales, por recibir a uno de los presuntos implicados.
"Señora presidenta, agradecemos su presencia, pero no es suficiente. Necesitamos justicia de inmediato", clamó el presidente de la AMIA, Guillermo Borger, durante el acto con motivo del aniversario del atentado que causó 85 muertos.
Fernández acudió este lunes con buena parte de su gabinete al acto realizado frente al lugar donde fue perpetrado el atentado que, como todos los años, comenzó con el sonido de la sirena a la misma hora en que detonó un automóvil cargado de explosivos.
Borger se refirió también a la visita a Bolivia en abril pasado del ministro iraní de Defensa, Ahmad Vahidi, uno de los sospechosos del ataque, quien participó de un acto militar con el presidente de ese país, Evo Morales, y la calificó de "provocación".
El mandatario boliviano debió luego pedir disculpas a raíz de una protesta del Gobierno argentino y de la colectividad judía.
Se trata de "un prófugo de la justicia" que estuvo "paseando oficialmente por el mundo con una paradójica inmunidad diplomática", aseguró Borger en alusión a Vahidi, uno de los iraníes reclamados por la justicia argentina por su presunta responsabilidad en el atentado del 18 de julio de 1994.
Por el atentado, Interpol busca capturar a Vahidi, al exministro iraní de Información Alí Fallahijan, el exasesor gubernamental Mohsen Rezai, al exagregado de la embajada de Irán en Buenos Aires Moshen Rabbani, al exfuncionario diplomático Ahmad Reza Ashgari y al libanés Imad Fayez Mughniyah.
Evo Morales "estrechó la mano de Vahidi, teñida de la sangre de 85 personas. Decir que no sabían quien era Vahidi es inaceptable", sostuvo a su vez Sergio Burstein, representante de los familiares de las víctimas del ataque, durante el acto al que acudieron cientos de personas en una jornada lluviosa.
Burstein también cuestionó el "coqueteo" del mandatario boliviano con Irán, cuyo presidente, Mahmoud Ahmadinejad, "es el nuevo Hitler" que "quiere acabar con los judíos", opinó.
El representante de los familiares también cargó contra el expresidente argentino Carlos Menem (1989-1999), a quien acusó de ordenar "encubrir el atentado", y criticó al alcalde de Buenos Aires, el conservador Mauricio Macri, por "haber dado vuelta la cara" cuando los familiares de las víctimas "fueron a pedirle ayuda", dijo.
Por su parte, Borger valoró el "histórico fallo" emitido por la Corte Suprema de Justicia en 2009 que ordenó que sea juzgado nuevamente el revendedor de autos Carlos Telleldín, a quien se acusó de haber comercializado la camioneta que se usó como "coche bomba" en el atentado.
El fallo permitía "ampliar la investigación sobre la conexión local (del ataque, pero) nos equivocamos. Una vez más nos desilusionaron nuestros interlocutores. A dos años (de aquel fallo) no tenemos ni un solo imputado nuevo, ni una sola prueba nueva, ni una sola pista nueva", lamentó el titular de la AMIA.
Borger, quien definió el acto como "un atentado contra el olvido", también afirmó que la colectividad denunciará cualquier "prueba de penetración del terrorismo en Latinoamérica".
Irán manifestó el pasado sábado su disposición a colaborar con Argentina para aclarar las circunstancias en que se produjo el atentado, un paso calificado de "positivo" por Argentina.
"Significaría un avance inédito y muy positivo" la colaboración de las autoridades de Irán en la causa judicial para castigar a los responsables del ataque, puntualizó la Cancillería argentina en un comunicado.
Argentina anunció el pasado jueves que informará a los países suramericanos en forma detallada sobre la investigación judicial del atentado contra la mutualista.
El ataque terrorista a la AMIA es el más grave en la historia de este país tras el perpetrado en marzo de 1992 contra la embajada de Israel en Buenos Aires y que costó 29 muertos y más de 200 heridos.
viernes, 15 de julio de 2011
preocupa en el mundo el misterio del monto de la deuda Evo a Chávez. se teme que alcanze suma exhorbitante
La ayuda que brinda el líder bolivariano, Hugo Chávez, a Bolivia es un misterio, porque los cheques van por la vía libre, sin pasar por las ventanillas del Tesoro Nacional, sin intermediarios, directamente a las manos del consumidor, según informa desde La Habana el periodista boliviano, Juan Carlos Salazar.
Añade que "el factor Chávez" preocupa, no sólo a los venezolanos y a los cubanos, sino también a los líderes políticos que gobiernan en los países bolivarianos e incluso a los Estados Unidos.
Las intervenciones quirúrgicas practicadas al presidente venezolano Hugo Chávez revelaron que padece de un tumor cancerígeno y el propio comandante anunció la posibilidad de tener que someterse a un tratamiento de quimioterapia. Este hecho se confirmó el jueves pasado cuando aceptó la invitación de la presidenta del Brasil, Dillma Rousseff, para una intervención médica en ese país.
Estos informes han desencadenado una serie de hipótesis, entre las cuales se comenta la posibilidad de que Chávez tenga que abandonar la jefatura del Estado bolivariano. Tanto Cuba como Nicaragua reciben fuertes ayudas de Venezuela. La cooperación venezolana a la isla del Caribe asciende a 5.000 millones de dólares anuales.
Según la empresa petrolera estatal venezolana PDVSA, en el año 2009 Cuba recibió petróleo por un valor de 2.145 millones de dólares. Por otro lado Nicaragua recibe 500 millones de dólares al año.
Por lo demás, Chávez es el financiador de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) conformada por Bolivia, Cuba, Ecuador, Nicaragua y algunas islas del Caribe, cuyos gobiernos profesan el llamado Socialismo del Siglo XXI.
Por su parte el semanario británico The Economist prevé una dura batalla entre los pretendientes a suceder al comandante Chávez quien no ha designado hasta ahora a su posible sucesor.
ANF
martes, 12 de julio de 2011
trasmisión obligatoria de las evadas tal como en Cuba, Irán y Venezuela por el "control ideológico de los medios" a punto de imponerse en Bolivia...emergencia (EJU.TV)
El oficialismo está en camino de aprobar su proyecto de Ley de Telecomunicaciones, que hoy mismo ha recibido fuertes críticas de parte de la organización internacional Reporteros Sin Fronteras (RSF), por imponer a los medios de comunicación audiovisuales la retransmisión en cadena, obligatoria ygratuita, de los discursos presidenciales.
Esta sería una de las características más pintorescas de la ley, mediante la cual el presidente Morales buscaría emular a su mentor, el teniente coronel Chávez, esperemos que no al extremo de crear un “Aló Evo” para discurrir sobre el pollo y la Coca-cola…
Revocación de licencias
Pero lo cierto es que la norma citada incluye aspectos mucho más preocupantes. Para empezar, podría convertirse en un mecanismo para revocar licencias de funcionamiento de canales de televisión y radios, ya que establece la migración obligatoria de todos los operadores a la nueva legislación, lo que implica sustituir las concesiones ya existentes por precarias “autorizaciones” que serán emitidas por una todopoderosa Autoridad de Control y Regulación de Telecomunicaciones (ATT).
Desde luego, se estaría desconociendo cualquier derecho adquirido anteriormente por los propietarios de medios de comunicación. Y lo que es igualmente grave: los plazos para las nuevas autorizaciones apenas abarcan periodos de 10 años, con derecho a una sola renovación. Es decir, que si alguien quiere instalar una radio, esta no podrá existir más de 10 a 20 años. Claramente, lo que se busca es desincentivar la inversión privada en el rubro, para que sólo vayan quedando los medios estatales.
¿Dos tercios de las frecuencias para el MAS?
Con esta ley, el MAS controlaría dos tercios del espectro electromagnético (67%), ya que el proyecto establece una distribución de frecuencias de hasta 33% para el Estado, hasta 33% comercial, 17% social-comunitario y17% para los pueblos indígenas-originarios-campesinos. Resulta evidente que lo estatal, social-comunitario e indígena-originario-campesino será manejado de forma discrecional por el partido de gobierno.
Por si quedara alguna duda, el proyecto de ley determina que “Las frecuencias destinadas al Estado serán definidas por el Órgano Ejecutivo del nivel central”. ¿No habría sido más lógico distribuir el 33% estatal en partes iguales entre el gobierno central, las gobernaciones departamentales, gobiernos municipales yuniversidades públicas?
La ley tampoco establece mecanismos claros para la asignación de frecuencias a los pueblos indígenas, lo que refuerza la presunción de que las mismas irán a parar a organizaciones afines al Movimiento Al Socialismo.
Una ley centralista
Si la concentración de las frecuencias estatales en manos del gobierno nacional ya daba cuenta del carácter centralista de la norma, otras disposiciones confirman la sospecha.
Mientras que la Constitución señala que la regulación de las telecomunicaciones es una competencia compartida, por lo que al nivel central únicamente le tocaría la aprobación de una normativa básica y a los gobiernos departamentales la reglamentación y ejecución (incluyendo la entrega de licencias), el proyecto oficialista retiene la facultad de entregar las “autorizaciones” en manos de la ATT.
La ley también llega al absurdo extremo de supeditar los permisos municipales para la instalación de antenas a una autorización previa del gobierno central.
Control ideológico de los medios
Todo apunta a que estamos ante una ley que busca consolidar el mando estatal sobre los medios de comunicación, no sólo en aspectos técnicos sino, por medio de diversos mecanismos de presión, sobre su línea ideológica.
No en vano, la diputada del MAS Elizabeth Salguero confesó meses atrás que la norma busca la “regulación de contenidos”. A confesión de partes, relevo de pruebas.
Baste con recordar que los principales socios externos del gobierno de Evo Morales (Cuba, Irán y Venezuela) son algunos de los más cuestionados por los organismos internacionales, a raíz del control y hostigamiento a que someten a la prensa.
Dime con quién andas y te diré quién eres…
notishots@gmail.com
viernes, 8 de julio de 2011
La República ha sido asesinada por el Estado Pluri..yace cadáver a ser sepultado. Doloroso grito de angustia de Manfredo Kempff ante el cuadro desolador que ofrece Bolivia
La República de Bolivia ha sido asesinada por el Estado Plurinacional yahora yace a la espera de ser sepultada. La misa de difuntos está siendo cantada por los irreverentes postulantes a ocupar todos los cargos de la judicatura nacional, en medio de falsetes desorejados, gallos y hasta rebuznos. La despedida a la difunta República no ha podido ser más triste por su fondo ni más jocosa por su forma.
Hasta que no se desmontó el otrora Poder Judicial – ahora Órgano Judicial – había una esperanza de que la República se pudiera salvar democráticamente; ahora, con la comparsa carnavalera de masistas que pugnan por copar toda la magistratura nacional, tenemos que reconocer que sólo se aguarda que la tierra dura caiga sobre el féretro republicano provocando el ruido que sobrecoge. El Estado Plurinacional ha triunfado ante la impericia y la cobardía de media Bolivia y ya sabemos lo que significa el precio que se debe pagar cuando el Estado se hace amo absoluto de la nación.
Cada Estado, por su estilo, ha hecho gemir a sus pueblos y los ha subyugado sin misericordia. Si nos remontamos hasta hace muy poco, al pasado siglo XX, nefasto por sus crímenes, dos ejemplos son suficientes para echarse a temblar: el Estado nacionalsocialista alemán y el Estado soviético. Ambos coparon el mando ejecutivo absolutamente, como ahora en Bolivia; los dos mantuvieron asambleas que eran una verdadera fantochada para engañar a incautos; y ambos estados totalitarios trituraron a sus adversarios mediante la aplicación de la ley, unas leyes malvadas, impuestas por sus propios fiscales y jueces, de obediencia perruna al régimen.
La última escena es la que se está produciendo en Bolivia en estas fechas: la captura absoluta de la administración de justicia. Es el réquiem de los cínicos para enterrar los restos de la República. Se quiere democratizar el descuartizamiento con unas elecciones que son un fraude. No es que sean fraudulentas en el recuento de los votos, en el procedimiento, sino en la concepción de votar. Es Estado Plurinacional ha hecho las cosas con tanto cinismo y abuso que todos los postulantes a ocupar situaciones importantes en la judicatura nacional son afines al Partido de gobierno. Mi sufragio y el de cualquier ciudadano – si nos decidimos a votar – servirá, irremediablemente, para elegir a un indocto sujeto oficialista.
Éste es un gobierno que se destaca por su ignorancia, empezando por el Ejecutivo, desde la cabeza hasta los pies; nunca hubo una Constituyente con tantos analfabetos juntos produciendo leyes, como en Sucre; ni un Congreso con tantos mentecatos levantando la mano para sentenciar leyes en La Paz. Pero el rebaño que ahora se apresta a ocupar la judicatura nacional es inaceptable. Todo el país está conteniendo la respiración temblando de miedo. Ellos, los seleccionados, serán los que juzgarán a los ciudadanos por sus actos. Éstos que son incapaces de contestar una pregunta básica, primaria, elemental, que no conocen ni el revés del derecho, van a posesionarse en el Tribunal Supremo de Justicia, Tribunal Constitucional, Consejo de la Magistratura y Tribunal Agroambiental.
Es decir que la sociedad boliviana deberá rendir cuenta de sus actos o pedir justicia ante perfectos iletrados elegidos de manera mañosa. Es lo peor que le puede suceder a un país. Y así nos quieren convencer de que en Bolivia hay y habrá seguridad jurídica. Y quieren convencer en el extranjero también. Desde el instante en que el Estado y el Partido hacen una amalgama única, férrea, sólida, la democracia pasa a mejor vida. Se impone el totalitarismo. Y en más de cinco años de gobierno masista se ha ido desmontando poco a poco, con calma, con asesoramiento foráneo, todo lo que pudiera perturbar al Partido y al Estado. Se ha desmontado hasta a las Fuerzas Armadas y a la Policía Nacional. Se ha perseguido a la oposición hasta encarcelarla o exiliarla o hacerla zurrarse de pavor a las mazmorras. Todo muy cuidadosamente, con prebendas, halagos, y también con amenazas.
Ahora, repetimos, toda Bolivia está siguiendo, incrédula, esta suerte de comedia para seleccionar a los masistas o filomasistas que deberá elegir el pueblo en octubre próximo. Se ha montado una modalidad hipócrita y embaucadora para que los que no saben nada aparezcan sabiendo. ¡Y nada menos que en asuntos de derecho! Para quienes emitirán juicios legales en el futuro se toma en cuenta, antes que nada, el origen del postulante, su etnia. Se cuotea el territorio de donde provienen. Aymaras y quechuas son mayoritarios entre los candidatos que el Estado ofrecerá a la ciudadanía en octubre.
Así que aymaras y quechuas – aunque no hablen sus lenguas – nos juzgarán a quienes no pertenecemos a ninguna de las dos etnias. Se producirá una especie de justicia comunitaria en todo el ámbito nacional por lo que ha oído afirmar a los aspirantes a tribunos. La justicia ya no obedecerá a la razón, a la lógica, al derecho en suma, sino a la raza. Una raza juzgará a la otra.
sin Servicio de Identidad, sin Control Vehicular, sin Guardia Presidencial, sin todas sus actividades lucrativas la Policía sólo patrullará las calles. Hay malestar entre los policías, hasta qué punto?
INSENSATEZ e INSENSIBILIDAD
Cynthia Perou Gutierrez
Cuando me enteré que el Gobierno estaba pensando en transferir los servicios de identificación personal y licencias de conducir a manos de entidades civiles, me di cuenta que lo que se necesitaba era una excusa política para llevar a cabo tan delicada acción. Afortunadamente para el Ministro Llorenty, siempre se puede contar con la Policía y fueron ellos mismos, a través del Gral. Sanabria, quienes brindaron la excusa para quitarle a los policías estas lucrativas actividades.
Así las cosas, resulta ahora que el Servicio General de Identificación Personal (SEGIP) está tropezando con problemas de toda índole: demoras, enardecidas filas de solicitantes, falta de personal, falta de equipos y otras cosas más. El mismísimo Llorenty dijo que “alguien” se llevó equipos del ex servicio de identificación de la policía y estoy segura que a la fecha, muchos –por no decir todos- los policías que se hallan trabajando en el SEGIP están saboteando a la entidad y su Director Interino a fin de que la opinión pública empiece a pensar que las cosas estaban mejor antes, con la Policía.
Pero eso no es todo; resulta que toda la presión que se ha puesto sobre la Policía Boliviana con el tema de identificación y licencias de conducir, el Presidente ha decidido quitar a la Policía del servicio de seguridad presidencial y ya el Ministro Llorenty había instruido retirar a los policías que brindan seguridad privada para ponerlos a patrullar. La idea es buena, pero parece que todo esto ha sido demasiado y la policía está perdiendo la paciencia. De hecho, el Ejército entero se halla acuartelado ante la posibilidad de que la policía protagonice otra de sus escenas como las del dos mil tres.
Sin embargo, y como para el gobierno no puede haber suficientes frentes, se ha abierto dos en el extranjero: uno con Chile por el tema marítimo y otro a nivel global con el tema del Tratado de Viena. Nos interesa este último por las repercusiones intrínsecas del tema. Veamos: primero se dijo que Bolivia no abandonaría el Convenio. Resulta que si lo abandonamos y pensamos volver el 2012, una vez que el “acullico” sea despenalizado. Esta es una excusa de lo más barata. En los hechos tenemos que entender que este régimen ha crecido, desde sus orígenes pseudo sindicales, a la sobra del narcotráfico y esta es únicamente una acción necesaria y consecuente con sus propias bases. Es un compromiso que el gobierno debe cumplir.
Ahora bien, ¿cuál es la estrategia de despenalización? ¿Cuánta gente en el mundo “acullica”? o mejor aún, ¿cuánto interés existe en recibir productos “industrializados” de hoja de coca en los mercados mundiales? Las cifras no las conozco, pero puedo adivinar que son cercanas a cero. Entonces ¿por qué queremos despenalizar la hoja de coca o su “acullico”? A mí me parece que si logramos despenalizar la hoja de coca y hacemos añicos, como dijo la JIFE, el sistema internacional de lucha contra los estupefacientes, tendremos el pretexto de que las enormes cantidades de coca que se cultivan están destinadas a la industrialización de productos lícitos; ahora no tenemos ninguna excusa. En los hechos sabemos que lo único interesante de la hoja de coca es su alcaloide, al menos eso es lo que le interesa al mundo. Nunca he visto una misión comercial que venga de algún “tigre” asiático o de un país europeo (aunque sea del Este) que haya visitado a algún gobierno boliviano, incluido este, que haga conocer su interés por producir e industrializar productos derivados de coca.
Al final del día, la “alianza” entre Bolivia, Venezuela y Cuba pretende matices ideológicos, pero en los hechos parece que lo único que nos vincula es el tema del narcotráfico. En efecto, para nadie es un secreto las escabrosas vinculaciones de Chávez con el narcotráfico y la guerrilla que operan en Colombia y tampoco es un secreto que Cuba se ha convertido en una especie de narcoportaviones y todos ellos unidos contra el imperialismo yanqui. En mi humilde parecer hay que prestar atención a las cosas que se están haciendo con la Policía y las políticas que se llevan adelante a favor del crimen organizado internacional. Ya pasamos por estas cosas y conocemos muy bien sus desenlaces y al final, los únicos que quedamos mal, somos nosotros, los bolivianos.
Cynthia Perou Gutierrez
Cuando me enteré que el Gobierno estaba pensando en transferir los servicios de identificación personal y licencias de conducir a manos de entidades civiles, me di cuenta que lo que se necesitaba era una excusa política para llevar a cabo tan delicada acción. Afortunadamente para el Ministro Llorenty, siempre se puede contar con la Policía y fueron ellos mismos, a través del Gral. Sanabria, quienes brindaron la excusa para quitarle a los policías estas lucrativas actividades.
Así las cosas, resulta ahora que el Servicio General de Identificación Personal (SEGIP) está tropezando con problemas de toda índole: demoras, enardecidas filas de solicitantes, falta de personal, falta de equipos y otras cosas más. El mismísimo Llorenty dijo que “alguien” se llevó equipos del ex servicio de identificación de la policía y estoy segura que a la fecha, muchos –por no decir todos- los policías que se hallan trabajando en el SEGIP están saboteando a la entidad y su Director Interino a fin de que la opinión pública empiece a pensar que las cosas estaban mejor antes, con la Policía.
Pero eso no es todo; resulta que toda la presión que se ha puesto sobre la Policía Boliviana con el tema de identificación y licencias de conducir, el Presidente ha decidido quitar a la Policía del servicio de seguridad presidencial y ya el Ministro Llorenty había instruido retirar a los policías que brindan seguridad privada para ponerlos a patrullar. La idea es buena, pero parece que todo esto ha sido demasiado y la policía está perdiendo la paciencia. De hecho, el Ejército entero se halla acuartelado ante la posibilidad de que la policía protagonice otra de sus escenas como las del dos mil tres.
Sin embargo, y como para el gobierno no puede haber suficientes frentes, se ha abierto dos en el extranjero: uno con Chile por el tema marítimo y otro a nivel global con el tema del Tratado de Viena. Nos interesa este último por las repercusiones intrínsecas del tema. Veamos: primero se dijo que Bolivia no abandonaría el Convenio. Resulta que si lo abandonamos y pensamos volver el 2012, una vez que el “acullico” sea despenalizado. Esta es una excusa de lo más barata. En los hechos tenemos que entender que este régimen ha crecido, desde sus orígenes pseudo sindicales, a la sobra del narcotráfico y esta es únicamente una acción necesaria y consecuente con sus propias bases. Es un compromiso que el gobierno debe cumplir.
Ahora bien, ¿cuál es la estrategia de despenalización? ¿Cuánta gente en el mundo “acullica”? o mejor aún, ¿cuánto interés existe en recibir productos “industrializados” de hoja de coca en los mercados mundiales? Las cifras no las conozco, pero puedo adivinar que son cercanas a cero. Entonces ¿por qué queremos despenalizar la hoja de coca o su “acullico”? A mí me parece que si logramos despenalizar la hoja de coca y hacemos añicos, como dijo la JIFE, el sistema internacional de lucha contra los estupefacientes, tendremos el pretexto de que las enormes cantidades de coca que se cultivan están destinadas a la industrialización de productos lícitos; ahora no tenemos ninguna excusa. En los hechos sabemos que lo único interesante de la hoja de coca es su alcaloide, al menos eso es lo que le interesa al mundo. Nunca he visto una misión comercial que venga de algún “tigre” asiático o de un país europeo (aunque sea del Este) que haya visitado a algún gobierno boliviano, incluido este, que haga conocer su interés por producir e industrializar productos derivados de coca.
Al final del día, la “alianza” entre Bolivia, Venezuela y Cuba pretende matices ideológicos, pero en los hechos parece que lo único que nos vincula es el tema del narcotráfico. En efecto, para nadie es un secreto las escabrosas vinculaciones de Chávez con el narcotráfico y la guerrilla que operan en Colombia y tampoco es un secreto que Cuba se ha convertido en una especie de narcoportaviones y todos ellos unidos contra el imperialismo yanqui. En mi humilde parecer hay que prestar atención a las cosas que se están haciendo con la Policía y las políticas que se llevan adelante a favor del crimen organizado internacional. Ya pasamos por estas cosas y conocemos muy bien sus desenlaces y al final, los únicos que quedamos mal, somos nosotros, los bolivianos.
sábado, 2 de julio de 2011
Guillermo Bedregal se refiere al ritmo histórico inacorde con la dinámica de requerimientos. el resurgir del autoritarismo resulta evidente...
Desde noviembre de 1964 hasta octubre de 1982, una generación de bolivianos vivimos dentro de dictaduras. La ilegalidad era flagrante, la lucha por el rescate de la democracia y la libertad, heroica. Abrigamos la esperanza y fortalecimos la ilusión de que en Bolivia algún día todo sería políticamente bueno. Soñamos que el régimen de sumisión terminaría cuando se producen “cambios de guardia” o ficciones democráticas. Soñamos que la prisión y la tortura, la persecución política y la vida clandestina, junto con el exilio vil, terminarían de una vez y que en su lugar se instalaría la democracia como poliarquía ciudadana con participación en la dirección y la administración de los asuntos políticos; soñamos que libertades y derechos fundamentales serían protegidos; soñamos que los partidos funcionarían como agentes principales de la política; soñamos en que la opinión pública no sufriría deformaciones ni sería objeto de manipulación; soñamos que los jueces proporcionarían tutela amplia y eficaz.
Nuestra ilusión, particularmente cuando fuimos apátridas en algún país generoso que nos acogía y nos proporcionaba “pasaportes para extranjeros”, porque los que en derecho nos correspondía fuera del degradante “salvoconducto”, se nos negaba en las oficinas consulares. Constitución y leyes acatadas por los bolivianos e instrumentados por gobiernos electos por el voto serían la norma vinculante, inspirada en los valores de libertad, justicia, solidaridad y pluralismo político. Durante esas casi dos décadas, esa imagen del futuro postdictaduras era fruto de la ilusión de una larga espera y una larga lucha dada en Bolivia, en la Bolivia del éxodo y la clandestinidad.
En ese 10/10/1982, la democracia resucita. Hoy pese a las falencias y a un resurgir evidente del autoritarismo, nuestras vidas aún discurren en libertad y la democracia es práctica recurrente, se abre en sus bases humanas, pese también a que la representación y el pluralismo padecen de esclerosis y a veces carecen de ideas. Soñamos demasiado, entender que en algunos países las instituciones funcionaban mejor que en lo que en realidad funcionan; concebir un orden ideal para seres humanos de condición desfalleciente. Tal vez muchos depositamos excesiva confianza en la ley y en sus instituciones. Vemos que ellas no bastan para que Bolivia no hiciera plena conciencia de los valores democráticos y de su aplicación cotidiana.
Releyendo después de años La cité antique de Fustel de Coulanges, cuando investigó las antiguas civilizaciones, encuentro un párrafo notable: “El hombre puede en determinadas circunstancias cambiar de forma brusca sus instituciones políticas. Sin embargo, la mutación de las leyes y de su derecho se hace con lentitud y de modo gradual. Más despacio habría que señalar que se van abandonando los hábitos adquiridos”. Me pregunto: ¿Tendrá que pasar bastante tiempo hasta quienes nacieron y crecieron, y se formaron cuando las dictaduras representen una minoría irrelevante y recién las nuevas generaciones, sin hipotecas a sus espaldas, podrían dar vigencia a los beneficios democráticos y a los cambios insoslayables que emprende la democracia, la de antes de 2003 y la de ahora, la del “proceso de cambio”? ¿Los bolivianos tenemos conciencia que el ritmo histórico no está a la altura de la esencia dinámica de los requerimientos y las expectativas? ¿Debemos alcanzar una sintonía entre las proclamaciones “infalibles” del Gobierno y las actitudes de la mayoría?
Hay que tomar conciencia esencial de que los acontecimientos transformadores hacia la modernidad y la economía social son lerdos frente a las esperanzas y padecimientos populares.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)