El pobre Evo Morales no gana para disgustos. Su amigo Hugo Chávez le había regalado un lujoso vehículo 4×4, pero el presidente ya no lo tiene en su poder. ¿El motivo? El presidente boliviano mandó a su chófer que usase el coche oficial a comprarle pan para desayunar. El chofer se bajó del coche, dejó la llave encendida, compró el pan… y al regresar el coche había desaparecido.
El pobre Evo no para de ocupar portadas por ridículos varios. Sus declaraciones de hace algunos días han llenado internet de bromas de todo tipo, y no es para menos. “De aquí a 50 años todo el mundo será calvo”, dijo Evo Morales. El presidente boliviano estaba enfadado porque consideraba que los pollos importados del mundo capitalista “están cargados de hormonas femeninas”, por lo que “los hombres, cuando comen este pollo, tienen desviaciones en su ser como hombre”.
Morales siguió su intervención quejándose del empleo de platos de porcelana. Para el presidente boliviano, deben ser reemplazados por platos de barro: “para el movimiento indígena y campesino, nuestro plato es de barro. Cuando se quiebra, se hace tierra. Ahora me hacen comer en esos otros platos. Vajillas, no vejigas por si acaso… No sabemos si esto contamina o no”, anunció preocupado Evo.
Pero la andanada de Evo apenas comenzaba. El presidente empezó a mostrar ponchos indígenas, que cubrió de agua para demostrar la supuesta “superioridad” de esta prenda tradicional que además “protege de la lluvia, del calor, del frío…”. A continuación, Morales criticó indignado un impermeable de plástico, al que llamó “poncho del occidente, del capitalismo”.
Más tarde, Evo Morales contó que le invitaron a beber unos “compañeros” y decidió unirse, pero tomando únicamente Coca-Cola por sus obligaciones. El presidente boliviano confiesa que bebió un vaso de Coca-Cola y “ya estaba mal”, mientras que sus “compañeros” estaban perfectamente pese a la ingesta de alcohol. El pobre Evo anunció que, tras beber el vaso de Coca-Cola, “tenía desmayos… Mi cuerpo se descomponía. Tuve que abandonar esa convivencia”. Uno se pregunta qué le metieron en el vaso a Evo, porque no parece que fuese Coca-Cola…
Al presidente de Bolivia tampoco le gusta “la medicina occidental”, porque trata el dolor de cabeza con un “Alkaset”. Probablemente se refería a un Alkazelser, pero claro, esa medicina no trata el dolor de cabeza, o sea que me temo que alguien está boicoteando seriamente al presidente boliviano. Entre la experiencia de la Coca-Cola y esta negligencia médica, queda demostrado que puede haber una conspiración contra Evo.
Pero aún quedaba más munición. Evo se mostró preocupado porque “los senitos de mi hija se están hinchando. La hemos observado hasta ahora, y se va incrementando su hinchazón”. Personalmente, creo que Evo debería mirarle menos los pechos a su hija y aceptar que está creciendo sin preocuparse.
Y ahora le roban el coche. El todoterreno funcionaba como vehículo oficial del presidente, y ahora está extraviado en manos de un “sujeto gordo y calvo”, según un testigo. Desde aquí un abrazo a Evo Morales, esperemos que su mala racha se acabe de una vez.
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