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sábado, 18 de agosto de 2012

quizá tenga razón Manfredo Kemppf no deberíamos ya preocuparnos de lo que SE dice o hace, está ya en el libro de "las evadas" que son sin fin...lo único lamentable es que sus intrigas, las formula al oído de personalidade como los del BM que llegan a dar informes.


La verdad es que ya no deberíamos referirnos a la chacota que hace habitualmente S.E. sobre el país, porque con sólo hojear el libro sobre las “Evadas” es más que suficiente banquete de disparates. ¿Para qué entrar en áridas reflexiones sobre lo que S.E. debería decir o callar si siempre dirá zonceras? Es como para sentirnos heridos, si no fuera que con sus improvisaciones S.E. no hace otra cosa que hacer reír a algunos -los más tontos- pero creando mayor división en las ya muy deterioras relaciones que existen entre el occidente y oriente boliviano. Todo por hablar con necedad y burla contra los cambas en general y en especial contra Santa Cruz, su ansiado trofeo que no logra acaparar.
El gobierno ha afirmado que los orientales somos separatistas, terroristas, corruptos y hasta el narcotráfico se lo achacan a Santa Cruz. Y no sólo lo dice, sino que basta con preguntar quiénes están en las cárceles andinas y comenzando por Leopoldo Fernández se puede ver una larga lista de orientales que sobrellevan años de prisión abusiva sin juicio ni sentencia y que se quedarán ahí para purgar delitos políticos inexistentes en una auténtica manifestación de venganza del MAS. Revancha canalla por no haber sido sumisos al poder central o porque eran fichas necesarias para la gran intriga que se armó en torno a los asesinatos del Hotel Las Américas.
Sobre todo lo anterior S.E. dice ahora que los cambas hambreamos por flojos. Afirma que en occidente no se hambrea sino cuando la naturaleza -el Inti y la Pachamama seguramente- se enojan. Yo no sé que en Santa Cruz haya gente que se muera de hambre, ni creo que tampoco en los valles y el Altiplano. Hambre hay en toda Bolivia pero no creemos que sea mayor en la llanura donde hasta los frutos están al alcance de la mano del hombre. Eso de que unos bolivianos sean más flojos que otros es nomás una insidia de los imbéciles asesores de S.E. que le cuentan cuentos y él los repite como ciertos.
Pero está muy mal que S.E. diga “evadas” delante de jefes de Estado o como en el caso que comentamos, en presencia del Vicepresidente del Banco Mundial (BM) que viene a Bolivia justamente a hablar de seguridad alimentaria. Esas cosas que los zalameros le gritan al oído en el helicóptero en medio de un ruido ensordecedor o que se lo dicen en las movilidades que corren veloces hacia las concentraciones de cocaleros, están bien para el Chapare o para que escuchen y aplaudan a rabiar sus fanáticos de los movimientos sociales y de las “bartolinas”. Eso no se debe repetir jamás en foros como las Naciones Unidas, la OEA u otros organismos internacionales o regionales. En el ALBA sí puede explayarse utilizando todo lo que le cuentan porque sus colegas presidentes tampoco están enterados de nada y algunos ni entienden el idioma.
Pero decir delante del Vicepresidente del BM que hay unos bolivianos flojos que viven en los llanos y que hacen parrilladas con sus vacas no permitiendo que nazcan terneritos, está muy mal. Además que eso es una gruesa mentira. Los grandes hatos ganaderos están en Beni y Santa Cruz, con muchos millones de cabezas y con una tecnología genética que no tiene que envidiar a nuestros vecinos. Si en algo se han esmerado en el oriente ha sido en la crianza de un ganado sano y por lo tanto rentable.
Cómo va a decir S.E. delante del Vicepresidente del BM que los orientales vendemos los techos de nuestras casas, sus puertas, sus ventanas, y nos quedamos en la cochina calle de purito flojos. No pues Excelencia, así no. A ese paso vamos a terminar muy mal en este país. ¿Acaso Santa Cruz no es la tierra de las oportunidades? ¿El Beni y Pando no están desarrollándose con esfuerzo? ¿Cómo va a decir delante de extranjeros importantes que somos perezosos, al extremo que echamos a la parrilla o hacemos pacumutu con nuestras vaquillas en edad de ser preñadas, y que desmantelamos nuestras casas hasta dejarlas sin techo sólo por ociosos?
Todo esto es una chacota que nos molesta por la irresponsabilidad y ligereza con que S.E. habla. Porque el Vicepresidente del BM sabe muy bien quiénes son los orientales, cómo es la agroindustria cruceña y su aporte para que Bolivia coma y exporte. Sabe que el gobierno pone trabas a la producción de alimentos en vez de incentivarla, que nos extorsiona con “cupos”. Sabe que el 90 por ciento de la carne vacuna se produce en los llanos y las pampas y no son para churrascos.
Para colmo S.E. se va a visitar a la Virgen de Urkupiña, a rogarle que le dé “paciencia para aguantar las ofensas de sus opositores”. Y sin embargo S.E. no hace sino ofender con sus chanzas malintencionadas a quienes ve como sus enemigos políticos. Eso de “hermanos y hermanas” que repite todos los días, no está destinado a nosotros, porque a los hermanos se los trata de otra manera, salvo que ambos términos -“hermanos y hermanas”- sean algo simbólico, sin ningún sentido, una mentira más.
¿Por qué odia tanto a los cruceños S.E.? ¿Por qué tanta saña contra el oriente? Una cosa habría que pedirle: que cuando se dirija a los cambas no nos trate de hermanos y hermanas. Eso que vaya para sus hermanos masistas. Con que nos diga señoras y señores estaremos felices.

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