El dengue que azota al oriente boliviano y que es ya una epidemia grave, camino a convertirse en pandemia, por el abandono en el que se encuentra la salud en el país en su conjunto y especialmente en las zonas donde esta enfermedad se está volviendo endémica, no ha provocado mayores pasiones ni ha arrancado los actos de solidaridad que debería haber conseguido de parte del gobierno central, pero ha servido para que el presidente Morales utilice esta epidemia para librar a sus ministros Walker San Miguel y Alfredo Rada de la entrevista de investigación a la que estaban citados por la comisión del Congreso que investiga las detenciones ilegales y violentas que han ocurrido en Pando.
Los citados ministros faltaron a la cita que había sido hecha con antelación y había seguido los conductos regulares en cuanto a asegurarse la presencia de los personeros del gobierno.
Pese a ello, loss chicos del Ejecutivo obtuvieron una carta de licencia que fue enviada por el mismo Presidente quien pedía que se los excuse de este compromiso debido a que justamente estos dos ministros se encontraban en "misión para atender la epidemia de dengue".
La excusa suena absolutamente light y sin mayor asidero, es más o menos como esa que suelen dar los padres cuando llegan con los chicos tarde al colegio y ante la negativa del regente a dejarlos ingresar al establecimiento, sacan la primera excusa que tienen a mano y le dicen por ejemplo que se les "pinchó la llanta".
Bueno, el presidente protegió a sus ministro, y en la ocasión no necesitó que se le pinche la llanta del coche porque tenía a a mano la epidemia de dengue, que en vez de constituirse en una realidad por la que siente aflicción, pesar y preocupación, ha servido como la excusa perfecta y punto.
Nos da la impresión que en la mentalidad del gobierno no importa todos los desastres que está provocando el dengue, no importa si no se está haciendo la intervención pertinente, no importa todos los estragos que está provocando reduciendo a los pobladores de los llanos que lo padecen a por lo menos a diez días de impedimento sufriendo de altas temperaturas, chuschus, intensos dolores musculares y graves desarreglos estomacales.
Pues bien, a los ministros no les ha dado ni les dará dengue, pero el dengue les ha servido para no presentarse a declarar y aclarar los graves sucesos que ocurrieron el 18 de febrero en Pando, cuando en horas de la madrugada se detuvieron siete personas en condiciones irregulares y con uso excesivo de violencia; detenciones que fueron realizadas por encapuchados de las Fuerzas Especiales de la Policía.
El ministro Rada, antes de excusarse por el dengue, había dicho que estaba ansioso por acudir a la cita, puesto que supuestamente estaba dispuesto a cantarle las verdades a los congresistas derechistas que estaban pidiéndoles cuenta de los actos violentos e ilegales que sigue cometiendo el gobierno a fin de amedrentar a los autonomistas. Sin embargo, pese a todos los envalentonamientos, ni bien apareció el tema del dengue el ministro no tuvo problemas de darle vuelta a la página y se dejó proteger por una excusa presidencial.
Pensamos que esta excusa la deberían dar con mayor razón los prefectos de las regiones afectadas por la epidemia, en consideración que estos siguen siendo requeridos de manera reiterada para asistir a una reunión en la que el gobierno pretende hacerlos testigo de la parte de baja que pretenden darle a las autonomías departamentales ahora constitucionalizadas para eliminarlas.
Mientras los ministros Alfredo Rada y Walker San Miguel se escudaban en el dengue, el gobierno les volvía a dar dengue dengue a dos ciudadanos autonomistas de Rurenabaque, que fueron citados a declarar y detenidos ipso facto. Para ellos no hubo ninguna contemplación ni valió ninguna excusa.(De Centa Reck en Hoy Bolivia)
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