Choquehuanca, la expresión del “indígena oprimido”, está entre los nuevos ricos de la casta gubernamental masista. El rápido ascenso se advierte hasta en su imagen.
En forma recurrente se afirma que los militantes del MAS en función de gobierno tienen una doble moral. En realidad correspondería decir que no tienen moral alguna. El vicepresidente Alvaro García Linera que cuando quiere ser sarcástico resulta siendo torpe y grotesco, respaldó en un principio la toma de la casa del exvicepresidente Víctor Hugo Cárdenas y la agresión contra la esposa e hijos de este.
Con la sinuosidad que lo caracteriza, se dedico, por el contrario, a indicar que la casa de Cárdenas, era en realidad una casona (un chalet) intentando sugerir un origen ilícito de los recursos utilizados para su construcción. Sin embargo se cuidó muy bien de decir algo acerca de la casa de un vecino de Cárdenas, que viene a ser nada más y nada menos que el canciller David Choquehuanca, que personaliza la presencia en el gabinete de Evo Morales, de los indígenas oprimidos durante siglos.
Pues bien; a la luz del palacete que tiene Choquehuanca en la orillas del lago Titicaca, su condición de indígena no le impidió hacer fortuna en muy poco tiempo. Se trata sin duda de la casa más vistosa de la zona y de acuerdo a versiones de sus vecinos cuenta con una piscina y sauna, además de que su costo fácilmente sobrepasa el medio millón de dólares y si no cumple una función económica y social a nadie debe importarle.
Desde la carretera esta casa es fácilmente observable en sus cuatro pisos lujosamente equipados en los que seguramente el “indígena” discriminado y explotado vivirá muy bien, de acuerdo a los postulados de su partido.
No es que Choquehuanca no tenga derecho a vivir a sus anchas pero ocurre que uno aprende a ser suspicaz y no puede dejar de plantearse ciertas preguntas que, es seguro, sin embargo, no tendrán respuesta por parte del gobierno.
Una de las primeras medidas de Evo Morales como presidente fue disponer que nadie en la administración pública debía ganar más que él y procedió el mismo a fijarse un salario de 15 mil bolivianos. Sin duda un gesto de austeridad digno de encomio.
Suponiendo que la disposición está siendo cumplida rigurosamente estableceremos que Choquehuanca tiene un salario de 14 mil bolivianos y en los tres años que está en el gobierno obtuvo un ingreso neto de medio millón de bolivianos, es decir alrededor de 72 mil dólares.
Suponiendo que Choquehuanca ahorró íntegramente ese monto, no comió, no gastó en ropa ni en nada más que no fuera su casa, en realidad su salario no le habría servido para costear ni la quinta parte del precio de su mansión. Entonces viene la pregunta obligatoria: ¿de donde sacan los masistas el dinero para hacerse construir estas casonas o darse la gran vida como hacen los ministros, viceministros y otros funcionarios y dirigentes del actual gobierno?
Su sueldo ciertamente no es una maravilla pero los masistas deben ser excelentes economistas ya que no solo logran que este les alcance, sino que lo multiplican por arte de magia para darse muchos lujitos a los que el boliviano común ni siquiera sueña acceder.
Y algún malintencionado ha indicado que de aprobarse una ley de investigación de fortunas pocos masistas se librarían. El ciudadano de a pie se pregunta también como es posible de que en tan solo tres años los miembros del gobierno, dirigentes de organizaciones sociales y parlamentarios, se pavoneen ahora en lujosos chalets y circulen en vehículos 4 x 4 último modelo.
El atentado contra la casa de Víctor Hugo Cárdenas, dentro de lo condenable que resulta, ha posibilitado verificar un hecho: en la zona del altiplano y del lago Titicaca evidentemente hay pobreza, pero esta convive con la riqueza hasta insultante de algunos dirigentes. Sino pregúntenle a Roberto de la Cruz , Edgar Patana, Abel Mamani y otros pobres y sacrificados dirigentes. (Del portal Ernesto Justiniano)
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