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domingo, 8 de marzo de 2009

marcelo ostria trigo en excelente resúmen relata la situación de elecciones y democracia ratificando que el padrón electoral es instrumento de fraude

En la historia de Bolivia no hay precedentes de tan frecuentes actos electorales como en los últimos tres años. Su excesiva repetición hizo que se trivialice este mecanismo de la democracia. Esto es preocupante porque “las elecciones constituyen el mecanismo de alumbramiento y sostenimiento del sistema democrático” (Fernando Tuesta Soldevilla, Director del Instituto de Opinión Pública de la Universidad Católica del Perú), y porque no hay democracia sin elecciones. Más aún, “la democracia necesita elecciones” (Cayo Salinas, jurisconsulto boliviano).
Sin embargo, “actualmente las autocracias electorales o autoritarismos electorales representan el tipo de régimen más difundido…” “Para controlar los resultados electorales, estos regímenes emplean una amplia gama de estrategias represivas y manipuladoras: la violación de derechos humanos, la restricción de la libertad de expresión, el debilitamiento del Parlamento, la desproporcionalidad o ventajismo electoral, el fraude comicial y la exclusión de partidos y candidatos de oposición. Los autoritarismos electorales no son democracias…” (José Antonio Crespo. Profesor/Investigador. Universidad Iberoamericana, México.)
Lo anterior se aplica exactamente a la realidad boliviana.
Lo que pareció auspicioso en diciembre de 2005, cuando en elecciones transparentes fue electo el presidente Evo Morales, se desvirtúa paulatinamente. El nuevo gobierno volvió a las andadas del pasado. Pero hubo saludos desde el exterior por la madurez democrática del gobierno populista de Bolivia, y no faltaron las estrafalarias felicitaciones de Hugo Chávez. Es más: las misiones electorales internacionales –especialmente de la OEA– se parcializaron ocultando tropelías. Recuérdese la justificación del “voto comunitario” y otras falsías del jefe de una anterior misión electoral de la OEA, Eduardo Stein, que mereció duras críticas por su cinismo.
Luego, otras misiones internacionales vinieron advertidas de las torpezas electorales del gobierno. Precisamente, antes del último referendo constitucional, la jefa de la misión observadora de la Unión Europea, la diputada Renate Weber, expresó: “Estamos muy interesados en ver si la campaña es una campaña transparente y libre”. Muy pronto, la misión europea comprobó las distorsiones del Padrón Electoral. Y, al fin, recomendó que “que se sigan los estándares internacionales con respecto a la creación de un padrón electoral eficiente y transparente”. El diario La Razón de La Paz, informó que la misión de la Unión Europea estimaba “un plazo de ocho meses, es decir para diciembre…para que el (nuevo) padrón electoral preliminar sea puesto a disposición de la ciudadanía para su inspección pública, permitiendo a los electores confirmar la corrección de sus datos y su inclusión en el padrón”.
El cambio en la percepción fue contundente: el padrón usado en el referendo constitucional es imperfecto, inconfiable y preparado para el engaño electoral. La insistencia de la misión de observación electoral de la Unión Europea en que debe prepararse uno nuevo en ocho meses, confirmó que el actual es el instrumento mayor del fraude. La Corte Nacional Electoral le hizo saber a la parlamentaria europea que “quiere, antes de las elecciones de diciembre, tener un padrón nuevo”. Pero muy pronto, el presidente de organismo electoral sle desdijo. El gobierno, así, no renuncia al fraude. Y todo al compás de la nueva constitución que ya es el marco de la nueva autocracia.
Aún en el supuesto de la mayoría del oficialismo, la jefa de la misión Renate Weber, sentenció: “La democracia no es la dictadura de la mayoría”.

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