Morales, acusó a la DEA (oficina antidroga de Estados Unidos) de "disparar" y "matar" a campesinos cocaleros bolivianos, acusaciones que se suman a la ya señalada de un supuesto apoyo a un golpe de estado en septiembre.
"La DEA mataba, disparaba contra el movimiento campesino cocalero", afirmó el gobernante, sin mencionar cuándo habría ocurrido ello ni precisar las pruebas para sustentar su acusación.
El régimen de La Paz (según el Canciller David Choquehuanca) ya comunicó a la DEA que debe abandonar el país en un plazo de tres meses, y expresó su optimismo de reconducir la cooperación con la oficina antinarcóticos y de reconstruir la confianza mutua cuando asuma la presidencia el demócrata Barack Obama.
Morales ya expulsó al embajador de Estados Unidos, Philip Goldberg, en septiembre, acusándolo de conspirar contra su gobierno, y los cocaleros del Chapare echaron de la zona en julio al programa de apoyo Usaid, lo que provocó la peor crisis diplomática bilateral.
La DEA (que apoyaba en Bolivia labores de inteligencia, financiaba parte de los operativos antinarcóticos y donaba equipos a la Policía y a las FFAA) calificó días atrás de "falsas y absurdas" las sindicaciones de un supuesto apoyo a un complot de derecha para derrocar al mandatario izquierdista.
Ahonda crisis con E.U.
Washington, por su parte, rechazó que el Departamento Antidrogas (DEA) haya conspirado contra el gobierno del presidente Morales.
"Rechazamos las acusaciones de que la DEA o cualquier otra agencia del gobierno de E.U. haya apoyado a la oposición o haya conspirado contra el gobierno boliviano. Estas acusaciones son falsas y absurdas, y las refutamos", señaló el Departamento de Estado en un comunicado divulgado por la embajada estadounidense en La Paz.
"De ser suspendida la cooperación de E.U., se producirá más droga en Bolivia y más droga será despachada hacia el exterior. Los efectos resultantes harán daño principalmente a Bolivia, así como a los principales consumidores de cocaína boliviana en América Latina, Europa y África Occidental", dijo el comunicado.
El ministro de Gobierno boliviano, Alfredo Rada, aseguró ayer que la decisión implica que los agentes de la DEA deben abandonar el país porque "su presencia ya no se justifica".
'Golpe civil'
Morales anunció el sábado la "suspensión indefinida" de las operaciones de la DEA, a la que acusó de apoyar y financiar a líderes autonomistas opositores que entre agosto y septiembre pasado promovieron una ola de violentas protestas antigubernamentales en cinco departamentos que dejaron 19 muertos, en su mayoría campesinos seguidores del mandatario.
Según el presidente indígena, esas protestas eran un "golpe civil" que buscaba derrocarlo.
El nuevo roce se produce en medio de la peor crisis diplomática entre La Paz y Washington, tras la decisión de Morales de expulsar, en septiembre, al embajador estadounidense en La Paz por supuesta injerencia en asuntos internos. La Casa Blanca respondió de igual forma.
En julio, además, la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo internacional (Usaid) fue forzada a salir del Chapare, donde está la mayor producción del coca del país, por sindicatos cocaleros apoyados por el Gobierno.
La Usaid promueve programas de sustitución de cocales, mientras que la DEA colabora con financiación y apoyo logístico y de inteligencia en la guerra contra las mafias locales.
Se estima que el apoyo anual de E.U. para la lucha contra la producción y el comercio de drogas en Bolivia bordea los 32 millones de dólares al año.
Las enormes diferencias que ambos países tienen sobre el tema podrían llevar, además, a que Washington retire las preferencias arancelarias que otorga a La Paz en el marco de la Atpdea, que favorece a los países que colaboran en la lucha contra el narcotráfico.
El Gobierno destaca un informe de Naciones Unidas que señala que la coca en Bolivia apenas creció un 5 por ciento en el 2007, mientras que en Perú un 12 por ciento y en Colombia un 27 por ciento.
Pero la embajada estadounidense asegura que las políticas de Morales favorecieron el aumento de cocales y con ello, la producción de cocaína.
Según Morales, "Bolivia es un país tránsito de droga" porque "cerca del 40 por ciento de la cocaína que se incauta viene del Perú".
Por eso, ayer abogó por una "regionalización" de la lucha contra la producción y el comercio de estupefacientes, que podría ser liderada por la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).
Bolivia es el tercer productor de coca en el mundo después de Colombia y Perú con 28.900 hectáreas hasta el pasado año, de las cuales 12.000 son legales y están destinadas a usos alimenticios y medicinales.
LA PAZ AP, AFP y Efe
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