Y la corneta desafinada de Evo Morales sigue tocando la misma nota. Repitiendo la consigna de eliminar al capitalismo por ser la causa de todos los males de la humanidad. Y lo dice sin ruborizarse. Claro está frente a sus socios: Chávez, el padrino, Correa el monaguillo, Ortega el gatillo fácil, al frente suyo el vicepresidente del consejo de ministros de Cuba Cabrisas le asiste con movimientos afirmativos de su cabeza ante las afirmaciones de que puede haber propiedad privada sin capitalismo.
Le había preguntado dijo Morales a su Ministro de Hacienda, sentado al lado suyo, y este le confirmó que la propiedad privada puede coexistir en el socialismo. Así que para evitar “rumores” de que Evo quiere terminar con la propiedad privada aclaró, por si acaso, que esto no es verdad.
La aclaración era oportuna, pues la propaganda oficial dice que la nueva constitución masista respeta la propiedad privada. ¿Qué tipo de propiedad privada estará considerando el señor Morales? Seguramente esa supeditada al goce y disfrute siempre que cumpla una función social. ¿Y qué entenderá por función social? Seguramente el reparto de las tierras trabajadas y en producción, que es más fácil, la prohibición expresa de tener más de una vivienda inscrita en Derechos Reales para ser distribuida entre los sin techo y por último si un patrimonio supera la cota considerada millonaria por su gobierno, la confiscación del excedente.
¿Es posible que como en Cuba tener celular sea una concesión del Estado? ¡Eso es propiedad privada y si te compras unas tasas para tomar café también es de tu propiedad! Vaya locura pensar que en Cuba no existe la propiedad privada.
En Venezuela, por ejemplo, la propiedad privada está mucho más extendida que en Cuba, sino pregúntenle a la familia Chávez. En Nicaragua ni que decir, el clan Ortega ya aseguró su futuro hace mucho tiempo. O sea que el sentido de la propiedad privada depende del socialismo que tengas.
En Bolivia puede ser más restringido el concepto de propiedad privada. Esto porque tanto el señor Morales como el señor García Linera en su vida han tenido patrimonio con el resultado de su trabajo y nunca han invertido un boliviano ni para ser “dulceros”. Así que para ellos la propiedad privada siempre es el resultado de la corrupción y el que tiene dinero es un maleante. Por eso ellos toman distancia del dinero y del capital.
Cómo no tienen sentido de la inversión, cómo no saben lo que es arriesgar el capital, entonces no pueden comprender que el capitalismo exige del capitalista muchas cualidades, que nuestros socialistas no tienen, por ejemplo: saber trabajar más y hablar menos. Buscar mercados para vender y saber vender, antes que estar jugando futbol o leyendo 20.000 libros. Cuidar de su inversión ante la competencia y multiplicar sus resultados con eficiencia. Racionalizar sus costes pues de esto depende que su grado de eficiencia y competitividad le aseguren mercados. Adecuar su proceso tecnológico para lo cual se requiere siempre de aporte de capital. Todo eso para Evo Morales y García Linera es cosa de iniciados en ciencias ocultas.
Lo curioso es que la historia tiene sus realidades: el socialismo real se derrumbo sin que nadie lo empuje, se fue por el caño de la ineficiencia y corrupción más grande que se haya conocido, en cambio los países capitalistas están vivitos y coleando, con crisis como la actual, y las que ya pasaron, pero siguen siendo una realidad social y política.
El capitalismo para poder desarrollarse necesita de dos pilares fundamentales: la libertad de empresa y el respeto a la iniciativa privada. La libertad de empresa va de la mano con la libertad de decisión y de buscar en el bien individual el bien social.
Evo Morales el indio socialista que protege, expande y controla la producción de coca, maneja este producto en los moldes más ortodoxos del neoliberalismo. Es en este sentido un capitán capitalista sin vuelta de hoja.
El precio de la coca se define por el mercado y sus derivados son el resultado de la demanda, los salarios que se pagan los fija el mercado del narcotráfico, los insumos se importan por las dos vías: la legal y el contrabando definen el precio final de la cocaína más una prima de riesgo, que en los últimos cinco años ha bajado gracias al control que ejercen los dirigentes de los cocaleros desde el gobierno.
Este capitalismo sería el que habría que combatir y no proteger, el otro el que vela por el bien común ese capitalismo seguirá su rumbo. (De Dante Pino en Hoy, Bolivia)
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