No cabe duda que estamos ante un nuevo modelo económico que, como no podía ser de otra manera, responde en lo básico al contenido político del que se nutre el gobierno: la coca. De esta manera no tenemos GLP, gasolina y diesel para sostener la producción de bienes y servicios pero estamos inundados de coca por todo lado.
He ahí la razón de ser de Evo Morales y sus muchachos; producir, expandir y facilitar el mercado de la coca para la cocaína. Mientras se cae a pedazos lo que se logró edificar en materia hidrocarburífera, los productores de coca para la cocaína, en calidad de funcionarios gubernamentales, desde el senador Peredo, hasta el zar de narcotráfico en Bolivia, Felipe Cáceres declaran que la producción de coca debe superar las 30.000 hectáreas, porque el actual límite de 12.000 en zonas productoras es insuficiente. ¿Para quién?
Esta determinación va acompañada, como no puede ser de otra manera, del cambio de reglas en la ley 1008 que penaliza la actividad del narcotráfico. Con una paciencia de viejo tejedor Evo Morales fue preparando el terreno, abonando la tierra y sembrando todos los pasos para dejar a Bolivia libre de cualquier interferencia a la producción de la coca. Paso inevitable tenía que ser deshacerse de la presencia norteamericana en todos sus niveles.
Mayor demostración al mundo para enviarle un mensaje inequívoco de lo que le importa más que cualquier otra cosa no fue sino las dos decisiones personales que asumió desde la Presidencia: expulsar al Embajador Goldberg y a la DEA bajo la acusación improbada de conspiración contra su gobierno.
Está claro que el gobierno ha decidido reemplazar la insuficiencia de ingresos fiscales provenientes de los hidrocarburos y remesas del exterior, por dinero del narcotráfico. Los cárteles más temidos en Colombia y México han recibido el mensaje y seguro que han comprendido lo que tienen entre manos.
De esta manera la economía informal e ilegal tienen las compuertas abiertas de par en par. Mientras la producción económica decae por falta de energía y YPFB se hace pedazos por falta de inversión y de recursos humanos para administrarla.
¿Alguna vez le importó al narcotráfico otro mundo que no sea el suyo?
Estos son los hechos. Debemos importar gas licuado para hacer frente a la demanda, con reservas de gas enterradas gracias a la magia de la nacionalización masista. ¿Y este gas que se importará a precios internacionales será vendido en el mercado interno a precio subvencionado? ¿Así como el diesel y muy pronto la gasolina? ¿Y con qué recursos ha de cubrir la diferencia?
La respuesta ya nos la dio el gobierno: confiscando los dineros de los jubilados y de las Prefecturas y Alcaldías e inevitablemente los depósitos del sistema financiero. Camino sinuoso por el que le gusta transitar al MAS.
Este modelo de la coca para la cocaína, prefiere las subvenciones porque enriquecen a unos pocos a costa de la mayoría. El contrabando por ejemplo se nutre de ello. El combustible diesel enviando desde Venezuela se sabe que no llega a Bolivia y se desvía directamente hacía los países vecinos. Bolivia se endeuda, pero algunos bolsillos se llenan.
Y es un negocio tan grande que ha llevado al descabezamiento de un Prefecto en Pando, para posesionar al socio del contrabando en ese puesto, carnicería social de por medio, que ha sido el telón para cubrir el fondo de la escena delincuencial que se vive en esa región.
La Aduana Nacional ha pasado a ser el cupo de las Fuerzas Armadas y Correos de Bolivia el cupo de los Ponchos Rojos, ¿casualidad?
Total la producción de bienes y servicios de esta gestión y al del 2009 será menor, el desempleo crecerá junto con la inflación y los salarios perderán poder adquisitivo, en resumen la pobreza será mayor. El gobierno no tiene de qué preocuparse pues cuantos más pobres existan mayores movimientos sociales tendrá a su disposición para hacer cercos al Congreso, a Santa Cruz o al que se le ponga en frente, para marchar desde Caracollo e imponer la reelección de Evo Morales cuantas veces sea necesario.
Al mismo tiempo la coca se convertirá de hoja sagrada en hoja mercantilizada y el narcotráfico tomará el mando de nuestras instituciones, violencia por medio, contra jueces, fiscales, policía, fuerzas sociales que se opongan al nuevo Estado cocalero y al nuevo modelo cocainizado que se está implementando a costa de nuestras narices.
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