Golpe de Estado al Congreso y voto democrático
No hay que ser fomado en leyes para darse cuenta que lo que hizo el Poder Ejecutivo a la cabeza del presidente Evo Morales, es ni más ni menos, un golpe de Estado al Congreso de la República. El gabinete en pleno firmó un decreto mediante el cual se viola la Constitución Política del Estado de manera flagrante y nadie quiere ver esta usurpación de funciones.
La mayoría de los opositores se ha preocupado simplemente por rechazar la convocatoria al referendo para aprobar o rechazar la propuesta de constitución que tiene en sus manos el MAS y muy pocos han visto que más allá de todo eso, el Poder Ejecutivo ha tomado el control del país por la vía de los decretos. Tiene el poder para mover todo lo que quiera usando los decretos que le convienen, pisando y pasando por encima del Congreso.
Al mejor estilo de los gobiernos dictatoriales, de los que no se distancia mucho, el gobierno de Evo Morales comenzó a gobernar por decretos, tal como lo hiciera Hugo Banzer quien, a pesar de estar muerto hace mucho tiempo es defenestrado por el MAS constantemente por haber dado el golpe militar del año 1971. Como dice la Biblia, vemos la paja en el ojo ajeno pero no la viga que tenemos en el nuestro.
Este gobierno funciona de igual manera que los gobiernos dictatoriales, la diferencia es que no llegó al poder por las armas de los militares, pero son protegidos por ellos. No usan los caimanes y los soldados para salir a las calles a causar pánico, pero mandan a los mal llamados sectores sociales identificados como las SS del Movimiento Al Socialismo a enfrentarse con la gente que no piensa igual que el presidente.
No gobiernan los militares, pero las FFAA ha manifestado con claridad meridiana su sumisión al Poder Ejecutivo criticando a los opositores y amenazando con defender la patria en caso de alguna amaneza, olvidando el que las FFAA no hacen política. Ahora la república está en peligro, pero estas gloriosas fuerzas armadas guardan un silencio cómplice.
El presidente que postula al premio nobel de la Paz y que aseguró que en su gobierno no habría muertos, ya tiene casi medio centenar de fallecidos en su cuenta, centenares de heridos y se teme que en cualquier momeneto pueda haber presos políticos luego de haber prohibido, también por la vía del decreto, las protestas sociales con la toma de instituciones y bienes del Estado.
Si el gobierno del año 2000 hubiera aprobado meter en la cárcel a los cocaleros que cercaron el país y en especial a Santa Cruz por 30 días causando millonarias pérdidas, este sería el momento en el que Morales estaría contando sus historias en otros ambientes. Sin embargo, las autoridades de ese momento respetaron el derecho que tiene todo ciudadano a protestar, aunque en nuestro país se violen los derechos de los otros cuando se reclaman los propios.
Ahora, luego de violar nuevamente la Constitución y las Leyes de la República, el gobierno aprueba este decreto bautizado como el "decretazo" o "decreto combo" por la prensa, el cual encendió la mecha de una inminente confrontación interna que hace temer graves consecuencias.
Bolivia está más dividida que nunca; pero, lamentablemente, el presidente, una vez más, no se ha llegado a enterar; ya que igual que el que tira la piedra y esconde la mano, aprobó el decreto, designó prefectos y salió a entablar relaciones con dos gobiernos vetados en muchos países con los cuales les une el sueño del socialismo.
El gobierno ha lanzado todas sus cartas sobre la mesa, ahora está jugando la más importante que tiene. Ha tomado una decisión peligrosa amparada en los resultados del último referendo, dicho sea de paso y de complemento, también ilegal, aprobado por un cojunto de políticos inexpertos que creyeron poder revocar a un presidente que había logrado lo que ellos jamás podrán tener.
Esa peligrosa decisión muestra que el gobierno está decidido a todo o, simplemente, tiene todo controlado como para poder ganar un referendo mediante el cual se aprueba una constitución que lo puede prorrogar en el cargo de manera indefinida. La violencia con la que reaccionan sus movimientos sociales y el trabajo de "socialización" anunciado nos dice que ya todo está consumado y que sólo falta llevarlo a cabo.
Ahora, la violencia comienza a desatarse en las calles producto de ese rechazo a la ilegalidad y a la defensa de lo que los seguidores de Morales creen que está bien. Es su forma de pensar, tienen derecho a defender sus ideales como lo tienen los de la media luna de defender sus aspiraciones autonómicas. Lo que tiene que preocuparnos a todos es que tenemos que entener que esa violencia que se ha comenzado a generar puede tener trágico final si es que el gobierno mantiene su posición de cerrar virtualmente el Congreso y seguir manejando este país por decretos.
Este sábado cinco departamentos van a decidir las decisiones que se han de tomar y se puede decir que el país está en manos de estos dirigentes cívicos, prefecturales, parlamentarios y de otras instancias de la sociedad civil que forma parte del Consejo Nacional Democrático. Es triste, pero el gobierno ha echo sonar los tambores de guerra y los protagnistas han comenzado a movilizarse, de uno y de otro lado.
Ahora no queda más que tomar una decisión y esa decisión pasa por no aceptar más violaciones a la Constitución, aunque estas vengan camufladas de democráticas con la convocatoria del pueblo a las urnas. Esa convocatoria es ilegal y aceptarla tendrá los mismos resultados del referendo revocatorio que le dio más poder de decisión al gobierno para encarar su proyecto de prorrogarse en el poder. Los organismos internacionales no son garantía para una auditoría al Padrón Electoral con el cual han votado muertos y nacidos hace más de 100 años, ni hablar de los clones.
Es hora de imitar el juego del MAS y tirar todas las cartas a la mesa. No caben las medias tintas. Se va o no se va a ese referendum convocado por un gobierno que dio golpe de Estado al Congreso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario