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martes, 16 de septiembre de 2008

de 15 muertos y más de 100 desaparecidos habla el gobierno en el departamento de pando

El gobierno de Bolivia informó el lunes que 106 personas están desaparecidas en el departamento de Pando y que otras 15 murieron, durante los más graves hechos de una rebelión en varias regiones del país contra el presidente Evo Morales.
Poco antes, la fiscalía de ese país anunció que ordenó procesar por "genocidio" al prefecto (gobernador) de Pando, Leopoldo Fernández, uno de los líderes rebeldes y en cuyo departamento el ejército detuvo casi en el amanecer a 11 personas e incautó armamento.
Mas tarde el ministro de Defensa Walker San Miguel dijo que los detenidos serán confinados pero no mencionó el lugar.
Tras ocho horas de dialogo entre el prefecto (gobernador) de Tarija, Mario Cossio y el vicepresidente Alvaro García Linera se decidió la madrugada del martes "esperar a Morales con varios avances en el preacuerdo", informó el viceministro de Descentralización, Fabián Yaksic.
"Estamos bastante cerca de terminar la tarea", manifestó Cossio, quien llegó también como representante del Comité Nacional Democrático (Conalde), conformado por cinco prefectos opositores a Morales.
El mandatario no puedo estar presente en el acercamiento porque viajó a Chile a la reunión de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), donde recibió el apoyo por los presidentes miembros, quienes analizaron la problemática boliviana.
"Más me interesa que piensan los bolivianos", agregó Cossio en referencia al apoyo de Unasur al mandatario boliviano.
Por otra parte, Yaksic expresó que se espera firmar un acuerdo entre el Morales y Cossio el martes por la mañana.
En Cobija, la capital de Pando, fue escenario el jueves de los episodios más violentos que libran partidarios del gobierno y opositores, dentro de incidentes en diversas regiones del país.
El ministro Alfredo Rada dijo que en los episodios de Pando murieron 15 personas, 34 fueron heridas y 106 desaparecidas. Es la primera vez que se dan cifras concretas al respecto. El domingo Rada dijo que los muertos eran una "treintena".
"Sobre los desaparecidos y según testigos de campesinos, muchos están heridos, han huido al monte y puede estar en peligro su vida", dijo Rada en reunión de prensa.
Destacó que tropas del ejército "recién ahora" están pudiendo hacer un rastrillaje, ya que antes se vieron impedidas por la acción de los rebeldes.
El fiscal general de la nación, Mario Uribe, dijo que seguirá un proceso penal al prefecto Fernández, hombre fuerte de Pando y uno de los líderes opositores, "por la presunta comisión del delito de genocidio en su forma de masacre sangrienta".
García Linera dijo que el congreso instalará una comisión para investigar la presunta participación de Fernández, al que calificó de "genocida".
Uribe, en reunión de prensa en Sucre, sede de la fiscalía, agregó que bajo esos mismos cargos serán procesadas otras dos autoridades de Pando, que no identificó.
Fernández reaccionó de inmediato y dijo que "yo permaneceré en Cobija esperando cualquier proceso transparente. No me voy a fugar".
El gobierno en La Paz había dicho que decenas de sus partidarios fueron ametrallados en Pando cuando iban a una manifestación, en una emboscada de "sicarios brasileños y peruanos bajo el mando" de Fernández.
"¿Sicarios brasileños?", se preguntó Fernández a radio Erbol. "Eso es un embuste del gobierno. Absolutamente nada que ver con lo que habla el gobierno; ya basta. Este país necesita tranquilidad".
Enterado de que el ejército había arrestado a 10 personas y que varias de ellas tendrían armas en su poder, el prefecto dijo que "esto es una persecución política, porque se trata de gente de oposición al presidente Morales".
El general Walter Panozo, jefe del ejército en Pando, dijo que esas 10 personas que no identificó estarían comprometidas en los violentos episodios en Cobija, que al igual que todo Pando está bajo el estado de sitio.
Oficialistas y opositores están enfrascados desde el sábado en un diálogo que se retomaría en la noche del lunes cuando Morales regrese de Santiago de Chile, después de participar en una reunión de presidentes sudamericanos preocupados por la estabilidad de la democracia boliviana.
El Conalde, opositor, dijo el lunes que "de a poco se están levantando 35 puntos de bloqueos que hay en el país. Ojalá el gobierno tenga la misma voluntad y la demuestre", informó el vocero Branko Marinkovic.
Pero el problema, según Marinkovic, es que "grupos de choque y gente afín al gobierno" bloquean a su vez otras carreteras, con lo cual hay ciudades como Santa Cruz y Beni en la cual los alimentos y el combustible empezó a escasear.
Los partidarios de Morales demandan que los rebeldes desalojen oficinas del gobierno que fueron tomadas por los opositores en Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija.
El bloqueo de rutas en todo Bolivia causó en 21 días pérdidas por unos 42 millones de dólares, dijo el presidente de la Cámara Nacional de Exportadores (Caneb) Eduardo Bracamonte quien agregó que los productos más afectados son los de la agroindustria de Santa Cruz, además de bananos, palmitos y otros de naturaleza perecedera de Cochabamba, que no pueden salir por los bloqueos en el sur.
El gerente del Instituto Boliviano de Comercio Exterior, Gary Rodríguez, dijo a la AP que las pérdidas podrían "ser mucho más" que 42 millones de dólares, aunque no especificó cifras. Ricas básicamente en gas y petróleo, en esas regiones se concentran casi la mitad de los 10.000.000 de habitantes de Bolivia.
Si bien las protestas se iniciaron por la devolución de los fondos que el gobierno descontó a las regiones para pagar un bono a los ancianos, la raíz de la disputa es esencialmente el rechazo al proyecto constitucional que promueve Morales.
El proyecto debe ser sometido a un referendo, del cual no hay fecha, y las regiones rebeldes temen que de aprobarse sufrirían un gran golpe a sus ambiciones de gozar de mayor autonomía del gobierno central.
El gobierno dijo que el embajador de Estados Unidos Philip Goldberg era firme aliado de los rebeldes y le ordenó salir del país por "meterse" en los asuntos internos, pero el diplomático dijo que "...todas las acusaciones del gobierno son falsas e infundadas", antes de abandonar Bolivia.
El lunes, cientos de manifestantes marcharon a la embajada estadounidense en La Paz para celebrar la salida del embajador. La policía tendió un cerco alrededor de la sede y no se registraron incidentes.

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